Spoiler alert: bueno, en rigor esta nota no tiene spoilers, pero sí alude indirectamente a una o dos cositas que, si no viste los trailers o tenés una imaginación muy activa, pueden hacerte intuir algunas escenas secundarias. Vale la advertencia.

Épica. Avengers: Infinity Wars es épica como pocas películas de Marvel Studios hasta ahora. Una épica que se mostraba un poco en la primera de estos Avengers y en el cierre de la primera de Guardianes de la galaxia. Y está –estuvo– bien esperar hasta este punto. Como su equivalente en papel (cualquier macrosaga de cualquier editorial), Infinity Wars reúne a casi todos los personajes de la plantilla y los tira el medio del quilombo contra algo que los supera por bastante.

El conflicto central que se les plantea a distintos personajes es si salvar a quien más quieren o... al universo entero. La disyuntiva entre beneficio individual y bienestar colectivo se plantea una y otra vez. Y no, no parece que la moral capitalista vaya a funcionar contra Thanos. Que por cierto: es un buen villano, con rasgos que no lo redimen, sino que lo convierten en aún más hijo de yuta, pero al menos no un hijo de yuta bidimensional. Y uno que, además, reconoce méritos a los héroes.

El guión plantea –y el director resuelve– muy bien cómo mezclar los diferentes héroes, que además funcionan bien juntos. Por ejemplo, la transición a la comedia fantástica de Thor: Ragnarok cobra mayor sentido cuando uno lo ve tirando one-liners con Star Lord. O los dos egos más grandes del universo cinematográfico, Iron Man y Doctor Strange, tratando de ver quién la tiene más grande. Y lo notable es que en todo eso no hay transiciones forzadas acá, sino apenas algunas casualidades entusiastas. 

Pero quizás lo más llamativo del caso es que la película, que se estrena mañana en cines, aprovecha una de las mejores enseñanzas de la primera gran macrosaga del cómic norteamericano, Crisis en Tierras Infinitas: limpia personajes a lo pavote y baja a lo esencial. En la historia, ver qué está en juego realmente; en su forma narrativa, qué personajes realmente necesitás para contar una historia. ¿Tenés media docena de conflictos románticos? ¿Y la película no trata de eso? Traé el hacha y empezá a bajar muñecos.

Todo fan de los cómics (o de sus pelis) va a gritar “fulano noooooo” en algún momento de la película. En lenguaje neoliberal, Marvel Studios “eliminó la grasa” de su universo cinematográfico de cara al futuro. Se saca de encima personajes que sólo se comían minutos de pantalla e hizo espacio para los nuevos. Las películas por venir ya nos dicen quiénes, pero al menos sabemos que Captain Marvel está en el horizonte.

Y si eso no conforma a los fans, siempre conviene que recuerden otra enseñanza que aporta el cómic de superhéroes: nadie está muerto para siempre. 

Mirá el trailer acá: