El Gobierno sancionó ayer la reforma del impuesto a las Ganancias, que había sido acordada con algunos gremios y los gobernadores, dando fin a un mes de idas y vueltas en el Congreso. A partir de la publicación del decreto, quedará vigente a partir del 1 de enero la suba en un 23 por ciento del mínimo no imponible, cambios en las escalas y su actualización por índice de salarios. También queda firme la creación de impuestos al juego, a operaciones de dólar futuro (por única vez) y se suma a Ganancias a nuevos trabajadores del Poder Judicial. 

La reforma implica elevar el mínimo no imponible a 37.000 pesos brutos para los trabajadores en relación de dependencia con cónyuge y dos hijos a cargo. Los contribuyentes sin carga de familia tributarán a partir de un ingreso de 27.900 pesos. Las escalas de alícuotas van del 5 por ciento hasta el máximo del 35 por ciento, y su actualización será automática desde 2018 con la aplicación del índice Ripte.

“Las actualizaciones propuestas sobre las escalas son insuficientes en cuanto a los importes que comprenden cada uno de los distintos tramos”, según señala un informe del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires. Según el documento, los tramos son significativamente menores a los fijados en la propuesta presentada originalmente por el oficialismo, como así también respecto del texto del aprobado inicialmente en Diputados. 

La escala recientemente aprobada comienza desde 20.000 pesos y llega hasta 320.000 pesos de ganancia anual imponible, mientras que tanto el proyecto original del oficialismo como el aprobado en Diputados arrancaban desde 61.000 y llegaban hasta 420.000. “Esto puede generar situaciones que perjudiquen principalmente a los trabajadores autónomos que no cuentan con deducciones especiales, o a los trabajadores solteros sin deducciones personales”, explica.

Entre las deducciones, no se consideró la propuesta de inclusión de los gastos de educación. También se eliminó la deducción por familiares ascendientes a cargo (padre, madre, abuelos y bisabuelos). “Esto trae como consecuencia colateral la reducción de otras deducciones, como gastos médicos, medicina prepaga, sepelio, que se relacionan”, agrega el informe del Consejo Profesional.  Según el Gobierno, la ley tiene un costo fiscal bruto de 49.598 millones pesos, que será compensado, en parte, con la creación de nuevos impuestos. 

“El impuesto al juego resulta un aspecto positivo dado que desalienta la realización de apuestas. Además, permitiría un cierto equilibrio en las cuentas públicas, atento a que el proyecto también incluye una disminución en el Impuesto a las Ganancias en sectores que vienen siendo muy castigados, como es el caso de la relación de dependencia”, de acuerdo con el informe del Consejo.