El abismo. Crónica de la destrucción vertiginosa de un país, se llama el libro de Roberto Navarro, editado recientemente por Aguilar. Por si no queda claro, se informa que es este un “relato en primerísima persona de cómo hizo Macri para desmantelar en pocos meses de gestión las conquistas sociales y los logros del Estado de bienestar reconstruido durante el kirchnerismo”. “Como todos saben, en la Argentina ya no puedo trabajar en la televisión ni en la radio. Estoy censurado. Macri no quiere que de mi visión de los hechos, por eso he escrito este libro”, anuncia también el periodista. El libro será presentado hoy a las 18 por Víctor Hugo Morales en la Feria del Libro, en la sala Jorge Luis Borges.

  “A mí me echaron de C5N para tratar de no ir presos. No es una especulación, me lo dijeron”, dice Navarro en diálogo con PáginaI12, en la redacción de El Destape. Así comienza, de hecho, su libro: con el relato de un despido y de una reunión que el periodista mantuvo con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner al respecto.  Esto fue el año pasado. Hace poco, según contó en una carta abierta, el mismo canal le ofreció volver, oferta que rechazó. “En los medios tradicionales no se puede hablar de ciertas figuras de la política por cuestiones de pauta publicitaria o de ‘aprietes’ político-judiciales”, decía allí, y mencionaba un caso puntual: la denuncia de un caso de corrupción del gobierno de Gerardo Morales, que fue invisibilizado por todos los medios de comunicación, ‘con la excepción de Crónica TV”. 

“En este tiempo yo me fui potenciando en la investigación, formando grupos de investigación: ahora contratamos a Ari Lijalad, están Ezequiel Orlando, Juan Amorín, antes estaban Iván y Darío… Por lo que dije en la carta: que este es un gobierno estructuralmente corrupto, que pone de ministro de Agricultura al presidente de la Sociedad Rural, y en Energía a un representante de la Shell. Sabemos que esta gente está a préstamo, que cuando termine el gobierno vuelven a sus cargos. Esta gente roba todos los días. Cuando a vos te suben el gas o la electricidad y sabés que ese dinero va a un amigo del presidente, no es una política económica, es un negocio”, observa. “Hoy es primordial investigar la corrupción. Tenemos el 90 por ciento de los medios que son prácticamente parte del gobierno. Ellos no lo van a hacer. Y hay otros medios, como el caso de C5N –al que yo dejé a salvo de las críticas, porque hay allí un espíritu crítico muy fuerte– que están limitados. Resulta que si querés hablar de Carrefour, de Vidal o de Larreta, no se pueden nombrar. Pero si no investigo a Vidal y a Larreta, se lo estamos dejando servido para que dentro de un año Clarín y La Nación digan: Macri no fue muy hábil, pero Vidal es otra cosa. Algo que ya están haciendo: mirá qué buena Vidal que te baja los impuestos a las tarifas. Yo sería funcional a eso si no pusiera a mi equipo a trabajar”, asegura. 

–¿Está convencido de que hoy en C5N no podría investigar a Vidal o a Larreta?

–Yo tuve tres reuniones con el dueño. No es algo que me imagino yo, me lo dijo él. De hecho yo no conozco hoy ningún medio que investigue una causa de corrupción de Vidal o de Larreta. Entonces, me siento en la responsabilidad de plantear: si yo pudo hacerlo, ¿por qué no lo voy a hacer? ¿Qué cosas tengo mejor para hacer en la vida en este momento que esa? Ir a la tele, sí, es lindo. Pero no si eso implica decir sólo una parte. En El Destape, en cambio podemos decr todo. Tenemos casi 20 mil suscriptores que aportan todos los meses. Con eso financiamos casi todo el gasto. Entonces, nosotros podemos hacer ese trabajo. Y si podemos, es nuestra obligación hacerlo.

–En ese sentido, ¿cuál es el potencial de los medos digitales, hoy?

–Es muy interesante, porque cuando hago la denuncia de Gerardo Morales (el armado de una licitación a medida que habría implicado un desvío de 5 millones de pesos) no la levanta ningún medio. Cuando vamos a ver a Google Trends, el tema más buscado del día era Gerardo Morales. Antes los domingos me veían en C5N 400, 450 mil personas. Mi nuevo programa, que se ve en vivo y se sigue viendo en la semana, lo ven 700, 800 mil personas. Así que a mí me ve más gente que antes.  

–Su libro comienza narrando su despido, su encuentro con la ex presidenta, el llamado de ella al dueño del canal para pedir explicaciones. ¿Por qué blanquea esta cercanía?

–Me parece que el público tiene derecho a enterarse; después, cada uno sacará sus conclusiones. Me parece hipócrita decir que los dueños de los medios no tienen muy buena relación con los presidentes. Todos saben que la compra de Cristóbal López de C5N tuvo que ver con su buena relación con la ex presidenta. ¿Qué sentido tiene ocultarlo? Que Cristina veía con mejores ojos que el canal estuviera en manos de Cristóbal López que de Daniel Hadad, es obvio.

–También narra una cercanía suya, como periodista... 

–Si, yo nunca lo oculté. No soy hipócrita: tengo una afinidad muy fuerte con el peronismo y hago periodismo diciéndolo. Creo que hoy Lanata, Fantino, Majul, Alconada Mon, y tantos otros, son fanáticos y no lo dicen. El tipo de periodismo que hago yo es con los documentos en la mano. A mí no me tienen que creer, yo muestro los documentos. Y al mismo tiempo digo: si, soy peronista; sí, quiero que gane el peronismo. Sí, a Cristina la quiero, la respeto y para mí el del kirchnerismo fue el mejor gobierno junto con el de Perón. Eso no me ha impedido criticarla, tener discusiones muy fuertes con Kicillof, Capitanich, Abal Medina, ni qué hablar con Moreno. El tener una afinidad general con las ideas no te impide criticar… 

–¿Y dice que hoy los medios tradicionales no investigan a determinados funcionarios?

–Es un dato de la realidad muy duro. Yo desde la dictadura no había visto algo así. El menemismo era neoliberal, pero todo lo que queríamos publicar, lo publicábamos. El gobierno de Cambiemos no solo no te da pauta o te da algo despreciable, sino que presiona a los anunciantes privados para que no te la den. Te funde, te ahoga, te mete denuncias, como le pasa a Víctor Santa María, que es perseguido judicialmente. Nunca habíamos vivido esto. Por eso, hoy siento que hay que buscar otras formas, otros espacios para seguir diciendo. Nosotros hoy tenemos un treinta por ciento de las visitas que tiene Clarín. Con muy poco capital y buen trabajo, se puede competir. 

–¿Qué posibilidades ve, con este panorama de medios que describe?

–Humildemente, creo que podemos llegar a ser el primer multimedio digital. Hay un público que está demandando información, que no encuentra en ningún lado. Nosotros podemos dársela. Hemos roto el intermediario: No tenemos que responder por la pauta. Nos pagan directamente a nosotros, no le paga a Carrefour por un desodorante que paga un impuesto que se lo da al gobierno y el gobierno decide a quien se lo da. Nos lo da a nosotros, y después ve lo que hacemos con la plata: le contamos que pasamos de 28 a 42 periodistas, agregamos televisión, noticiero, y el 1° de agosto empezamos la radio por la web.  Vamos  trabajar para que El Destape sea el medio más grande del país. Y para que Macri se vaya lo antes posible.