Con la premisa de generar cruces disciplinarios y estéticos y el objetivo de que el público pueda acercarse a prácticas diversas, Ciudad Cultural Konex presenta la segunda edición del ciclo Da Da Danza, que reunirá desde este domingo a jóvenes referentes de la disciplina. El día seleccionado por la Unesco para conmemorarla a nivel mundial otorga el marco al encuentro, que continuará durante todos los domingos de mayo, en salas y espacios no convencionales del espacio de Sarmiento 3131.

“El propósito es juntar expresiones y búsquedas que andan dando vueltas entre los jóvenes artistas de la danza contemporánea. La curaduría tuvo que ver con alojar la diversidad. Cada día se pueden ver varias obras”, dice a Página/12 la dramaturga Giuliana Kiersz, programadora del Konex. Según el comunicado del ciclo, “acercarse a disfrutar de la danza quizás sea una de las formas de concienciar nuestros propios cuerpos y deseos, en un marco urbano que imprime cada vez más inmediatez, productividad y distancia de nuestras realidades orgánicas”.

El grupo de bailarines, coreógrafos y otros artistas involucrados es “heterogéneo”, según puntualiza el texto. Habrá una obra invitada de Uruguay, Manada, de Martín Inthamoussú. Intenta responder a la pregunta “¿cómo construye su masculinidad un hombre y cómo dialoga con los modelos hegemónicos, si es que lo hace?”, así como también desarmar los cánones heteronormativos y machistas que rigen la sociedad uruguaya.

Cuenta Kiersz que los participantes de la primera edición colaboraron en el armado de la programación de este año, que se halla completa en la página del Konex (www.cckonex.org). “Queríamos llegar a obras a las que en general no llegamos. El punto de encuentro es la danza contemporánea, pero todos los artistas piensan, repiensan y reflexionan sobre qué es esta disciplina. Vienen trabajando en una investigación. Cada uno anda en algo particular”, explica. “Al ser dramaturga, mi relación con la danza es de extranjera. Lo que me interesa son las obras que generan estructuras singulares de creación, no las que toman un modelo anterior.”

El programa argentino inicia con Lobo, te amo (una ficción muerta), de Ayelén Clavin y Gastón Exequiel Sánchez, quienes han trabajado en las destacadas De cómo estar con otros y La Wagner. Lobo..., que se pudo ver en diferentes salas, retoma la idea del cuento de hadas para desarticularlo y encontrar nuevos modos posibles de relato. No esperaba encontrarte entre los invitados, de Mariana La Torre, surge de un proceso de creación sobre la falla, entrecruzada con imágenes relacionadas a la figura de la celebración y el encuentro. La bailarina y coreógrafa Josefina Gorostiza presentará Cinco horas, instalación que tendrá esa duración, y que se adentra en la búsqueda de los límites del cuerpo, en la acción, la repetición y la permanencia. Los espectadores podrán ir y venir las veces que quieran. En la escena habrá tres bailarines, un baterista y una poeta (Carla di Grazia, Gorostiza, Juan Manuel Iglesias; Nacho Coppolecchia; y Nadia Romina Sandrone, respectivamente).

Para abrir el juego a nuevos creadores y materiales, un capítulo de Da Da Danza será dedicado a los work in progress: De seres interpretados, de Martín Gil, con la participación de los bailarines María Kuhmichel y Alejo Wilkinson, quienes a partir de instrucciones interpretarán gestos, acciones y discursos; Da Part Y, de Paula Herrera Nóbile, performance que se construirá en vivo entre músicos, bailarines y la directora; y La pavada, de Analía Slonimsky, acerca de la importancia de animarse a hacer el ridículo. El ciclo cierra con Práctica para ensanchar una línea, de Elina Rodríguez, proceso de creación que se da en el marco de un seminario de investigación.

Kiersz se refirió también a la lucha de cientos de artistas por la sanción de una ley nacional de danza que fomente la actividad. El viernes próximo habrá una nueva movilización al Congreso por este tema. “Es una disciplina que genera muchos vacíos legales. Es fundamental que haya un ida y vuelta entre las instituciones y lo que está sucediendo en el ámbito de la danza. Creo que actualmente hay un quiebre bastante insalvable con la producción. Y vivimos en un país en el que es fundamental recibir subsidios, porque no existe otra forma de crear proyectos”, opina la dramaturga.