“Te voy a matar’, me gritaba mientras me corría con un palo. Logré agarrárselo pero me dio con la mano abierta en la cara”, contaba una mujer sobre su separación. Esa noche logró escapar de su marido borracho y furioso. Tenía miedo de volver a casa. El momento de violencia llegaría, una vez más, en cualquier momento. “Ay, mami, ves muchas telenovelas”, le dijo el hijo adolescente, hijo sano del patriarcado. Antes, esa mujer pensaba igual que su hijo, y por eso siguió con su matrimonio durante 20 años.

Desde el NO del 27/10, Poli de Sr. Tomate dijo: “Esta lucha es de todos los días”. Y Pat, de Kumbia Queers y Barflies, aportó que el patriarcado “está en todxs, porque hemos sido criadxs así, es un trabajo diario deconstruir estas costumbres”. El feminismo avanza. Y lo que comenzó a visibilizarse en redes sociales ya tomó forma: “Si tocan a una nos tocan a todas”.

El feminismo es hoy la fuerza política más grande. Unidas y organizadas, las mujeres caminamos con un reclamo concreto: “Dejen de matarnos”. Este año se volvió a marchar bajo la consigna Ni Una Menos; las paredes de Rosario se llenaron de lemas contra el patriarcado durante el Encuentro Nacional de Mujeres, con talleres, charlas y recitales. Y esa urgencia parió el 19/10 el Miércoles Negro, cuyo paro nacional de mujeres previo a la marcha tras el femicidio de Lucía Pérez arrojaba una estadística siniestra: una mujer asesinada cada 30 horas.

La movilización de Ni Una Menos del 3/6/2015 fue apenas una chispa para el fuego de siguientes manifestaciones. Diligentes, atentas, no titubeamos. Con reclamos concretos nos instamos a unirnos, apoyarnos y salir a la calle. Los patrones del machismo bajo los cuales vivimos oprimidas son cotidianos y aún hay mucho por hacer para que el hijo sano del patriarcado se cuestione sus privilegios. Por eso el feminismo como fuerza se supera y camina de la mano de la sororidad para encontrarnos y cambiar la realidad. Estamos despiertas, alertas; y sobre todo, vivas. Así nos queremos.