La fuerte suba de la tasa de interés de referencia que aplicó el Banco Central el viernes, combinada con el anuncio de un mayor recorte en el gasto público, sirvió para desinflar parcialmente la cotización del dólar que cerró a 22,28 pesos en promedio, un 4,4 por debajo del día anterior cuando había alcanzado el record histórico de 23,30 pesos. Sin embargo, diversos analistas coincidieron en que las turbulencias continuarán está semana. “La Argentina se encuentra ahora en primera línea de una posible crisis en los mercados emergentes”, tituló ayer el periódico británico The Sunday Times. 

“Creemos que la depreciación real puede ir un poco más allá, sobre todo si a corto plazo no reaparece el apetito por el riesgo. El repricing (revisión de precios) que estamos viendo desde entonces está afectando a los activos argentinos bastante más que a nuestros pares latinoamericanos. Esta corrección implica que tiene que haber una depreciación del tipo de cambio real de Argentina”, aseguró la consultora Econviews, dirigida por Miguel Kiguel.

El economista jefe de la calificadora de riesgo estadounidense Moody’s, Gabriel Torres, destacó que el Gobierno anunció varias medidas para hacer frente a las presiones cambiarias y señaló que “si bien prevemos que ayudarán a reducir la volatilidad, el reciente debilitamiento del peso refleja una mayor percepción de riesgo para activos argentinos”. “Esto constituye un acontecimiento negativo en términos crediticios para Argentina, que depende de flujos de capital externos para financiar el déficit fiscal y el de cuenta corriente”, agregó Torres.

“El hecho de que la economía local continuará enfrentando grandes vulnerabilidades estructurales, es decir, altos déficits fiscales y de cuenta corriente, continúa colocando a Argentina en una posición débil frente a un contexto global más desafiante”, sostuvo el director de Investigación del Banco Mariva, Francisco Velasco

Por su lado, el analista de banco de inversión brasileño BTG Pactual, Alejo Costa, opinó que “un tipo de cambio en el rango de 22 a 22,5 pesos por dólar es justo en el nuevo contexto”. “La respuesta del Gobierno fue apropiada para calmar los mercados y detener el sangrado, pero el paciente sigue siendo crítico”, afirmó Costa.