Conforme su misógina costumbre, ha lanzado The Sun, el diario más leído de Inglaterra, una nueva edición de su campaña Bust in Britain: concurso donde el rotativo anima a sus lectoras a mandar imágenes de su delantera, amén de coronar a “la reina del escote” en lo que definen como “la búsqueda anual de las mejores tetas del país”. De momento, ha hecho la publicación una selección de varias candidatas con altas chances de llevarse las 5 mil libras y la sesión de fotos en Ibiza que ofician de premio, y ha compartido con el público fotos de los escotes de las aspirantes al primer puesto, además de sus edades y, claro, el talle de sus corpiños… “ En un alarde de ingenio, el periódico busca a una afortunada que crea que sus pechos son simply the breast (parafraseando la canción de Tina Turner)”, se indigna –con sobrada razón– el diario ibérico El País, y rápidamente suma cierta buena nueva: que para denunciar la connotación sexista del concurso, cantidad de varones y personas no binarias están enviando a The Sun fotos de sus propias delanteras, a modo de ocurrente boicot. 

Ya lo han hecho, entre otros, Lloyd, de 85 años, oriundo de Macclesfield, que acompaña la pic con las siguientes –y sardónicas– líneas: “Mi esposa cree que mis pechos son mi característica más redentora, incluso después de estar más de 60 años juntos”. O Noah, 30, de Bristol: “Mi mamá pensó que sería una gran idea entrar a la competencia, me convenció; siempre ha sido una gran defensora de las mis fabulosas tetitas”. “El clásico truco del reverso de género –pon a un hombre imitando una situación protagonizada por una mujer sexualizada– para evidenciar el absurdo de la cosificación femenina”, advierte con precisión el mentado El País.

“The Sun, ¡entrá al siglo 21!”, arenga la activista Carys Afoko, directora de la organización feminista Level Up, creadora de esta propuesta que busca poner el jaque el perenne ideario heteronormativo de lindura. “El diario promueve una idea de belleza pasada de moda. Al decir que buscan las mejores tetas, están diciendo en realidad: tenés que ser mujer cisgénero, flaca, blanca, joven, de gran delantera. Eso es, para ellos, la hermosura”, y cuenta que si bien pensó en hacer una campaña que simplemente denunciase cuán retrógrado era el concurso, tras leer las bases y condiciones (que no detallan restricciones de género), decidió acercarse al tema desde el humor, con la (¿vana?) esperanza de que el diario brit se replantee qué entiende por belleza.