¿Cómo le va, lector? ¿Qué me cuenta, lectora?  ¿Qué me dicen, relatan, confiesan, susurran,  verborrean o simplemente rumoran, queridos compañeros y compañeras de texto? ¡Quédense tranquilos, tranquilas y tranquiles, esto no es una encuesta acerca de su conformidad con el neoliberalismo disfrazado de gradualismo o los tarifazos disfrazados de ventaja ecológica!

¡Hay que ser globo amarillo para tragarse ese sapo, lector! ¡Ni siquiera su cuñado, ese que lee el diario de ojito y en su casa, para evitar el gasto energético en la propia, se traga semejante, digámoslo ya, dinosaurio crudo!

¡Ni en los más profundos sueños de Duran B, ni en los más   sentidos poemas de Esteban B, ni en las  más  pegadizas chocobarbaridades de Patricia B,  los argentinos, que estamos dispuestos a otorgarle ciudadanía a nuestros embriones, o a creer que la justicia es independiente, aceptaremos los tarifazos.

Tampoco nos morfaremos con mostaza  y aguante la “ayuda” del FMI, aunque nos digan que es  parte de nuestra meritocracia posverdadera que tremoló triunfal en la batalla contra el populismo vergonzante, ese hato de pobrófilos que se atrevió a llevar a los humildes de paseo a la clase media sin darles el pasaje de regreso!

¡No lectora, no lector, hasta aquí llegó nuestro amor, nuestro enamoramiento, nuestra fascinación, nuestro “nosotros qué somos”, nuestro  “nos estamos conociendo”.

¡Todo tiene límites!  ¡Nunca vamos a tolerar pagar por la luz, el gas o el agua o el dólar más que lo razonable!

¡Ya van a ver en las elecciones del 2017! 

¿Cómo dice, lectora?:

 

¿Sabe qué, lectora? ¿Sabe qué, lector? ¡Sé que estamos celebrando los 50 años del Mayo Francés, pero me parece que se les fue la mano con eso de “la imaginación al poder”!

Hasta la semana que viene.

@humoristarudy