El fiscal general de Neuquén, José Geréz, quien investiga el supuesto ataque contra Mauricio Macri por parte de trabajadores de ATE-Neuquén, aseguró que el cruce entre la comitiva presidencial y los manifestantes en Villa Traful “fue algo casual”, con lo cual descartó la posibilidad de que el hecho haya sido producto de una suerte de emboscada o una agresión premeditada. Desde el gremio reiteraron que no tiraron piedras, mientras que el mandatario acusó que “lo que hacen estas minorías violentas está mal” y pidió "un proceso que termine condenándolos".

En diálogo con Radio 10, Geréz no descartó citar al mandatario para tomarle declaración testimonial y sostuvo que lo que hasta ahora se pudo determinar es que la razón por la que el vehículo en que viajaba Macri se “desvió deliberadamente fue para comprar alfajores” en un comercio que no estaba en la ruta trazada por el dispositivo de seguridad.

“Fue en ese momento cuando hubo un encuentro casual entre el Presidente y gente nucleada en ATE”, relató el fiscal y prosiguió: “El Presidente realizó un intercambio verbal con los manifestantes, los trató de tranquilizar y les transmitió que el año terminara en paz”. Luego de esto, quienes acompañaban al mandatario “advirtieron ciertas maniobras hostiles, arrancaron rápidamente y se produjo un impacto en la parte trasera de uno de los vidrios con un elemento duro, que no lo rompió. El cristal se cayó después”, precisó.

En cambio, las imágenes que circularon ayer luego de que Presidencia de la Nación denunciara el “ataque” mostraban el vehículo presidencial con el cristal roto de una ventanilla lateral.

Minutos después de ese encuentro, continuó, “hubo un episodio de disuasión” (por la represión policial) contra “la veintena de manifestantes” y admitió que algunos fueron demorados en las cercanías del lugar. Para corroborar "los hechos tal como ocurrieron" adelantó que en las próximas horas les tomará declaración testimonial a los dos custodios y al empleado de protocolo presidencial que acompañaban a Macri en la camioneta.

Esa mañana, Mauricio Macri rompió el silencio respecto de lo sucedido en Villa Traful y dijo que “claramente está mal” que se haya liberado a los acusados por agredirlo y exigió un "proceso que termine condenándolos" para que así “sufran las consecuencias de lo que hicieron". Finalmente, aseguró que "por estas minorías organizadas y violentas" no perderá el "contacto con la gente".

Geréz no descartó tomarle declaración testimonial al Presidente. “Hay dos formas de hacerlo: mediante un pliego de preguntas o de manera verbal. Vamos a ver de qué manera”, adelantó y opinó que el hecho se produjo porque el personal encargado de la seguridad del primer mandatario actuó con “desconocimiento de la logística” y sin respetar los protocolos de seguridad, “que tienen que ser muy rígidos”. “Si nosotros (la Fiscalía) actuamos, es porque falló un protocolo”, insistió.

Por su parte, el secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, volvió a negar la vinculación entre el gremio y las agresiones al mandatario. "No nos hacemos responsables, no negamos que hicimos la manifestación. Pero no vamos a cometer la torpeza de ir a tirar piedras, lo repudiamos porque no contribuye, no nos sirve y así no vamos a solucionar los problemas de los trabajadores", expresó.

Quintriqueo dijo que viajó 400 kilómetros entre Neuquén y Villa Traful para repudiar al Gobierno por los "despidos en la administración pública nacional" y "asegurar que la manifestación fuera en debida forma". Relató que luego del incidente la Policía "demoró tres autos" y "los propietarios de los vehículos" tuvieron que presentarse en una comisaría de la zona, con lo cual negó que hubieran sido detenidos.

El secretario adjunto de ATE, Jorge Marillán, negó que los manifestantes hayan arrojado piedras contra el vehículo del Presidente y sostuvo que el relato de un supuesto “ataque” es parte de “un show montado” por el Gobierno. Aseguró, además, que cuando la movilización de ATE intentó acercarse al mandatario se les “atravesó un vehículo particular” que les impidió el paso. "Nunca tuvimos la posibilidad de correr la camioneta en la que viajaba Macri. Nos tiraron con balas de goma y nos corrieron 300 metros", añadió.