A un mes exacto del inicio de la Copa del Mundo, Perú se queda sin Paolo Guerrero, su máxima figura y capitán del seleccionado. El Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) anunció hoy que sancionó al delantero con 14 meses de suspensión por doping. Se perderá el Mundial y gracias a los meses que ya cumplió de sanción, volverá a las canchas en enero de 2019.

El delantero del Flamengo de Brasil dio positivo en el control antidoping posterior a un partido de eliminatorias de Perú, en noviembre pasado. Tras comprobarse que se trataba de benzoilecgonina, el principal metabolito de la cocaína, la FIFA lo suspendió por un año. Guerrero se quedó afuera del repechaje que clasificó a Perú a su primer mundial desde 1982 y se dedicó a preparar su defensa. En diciembre consiguió que la sanción se redujese a seis meses, contados a partir del 3 de noviembre, con lo cual el delantero descontaba que quedaría habilitado para Rusia 2018.

El fallo del Tribunal de Arbitraje acabó con su sueño, tras la apelación de la Agencia Mundial Antidoping. El 3 de mayo pasado, el jugador de 34 años había comparecido ante el TAS, en Suiza, oportunidad en que solicitó su absolución. Ese día completaba la primera sanción impuesta por la FIFA y al domingo siguiente volvió a jugar, en el partido en el cual Flamengo se enfrentó con el Gremio de Porto Alegre.

"Mi hijo está destrozado", aseguró Petronila, la madre de Guerrero, tras conocerse la decisión que priva a Perú de su máxima estrella y obliga a un replanteo del plantel por parte del entrenador argentino Ricardo Gareca. "Todo esto estaba armado. (...) Cada uno hace su análisis. Mi hijo es el mejor jugador del Perú. Somos peruanos y no tenemos peso dirigencial”, agregó Petronila, quien dijo padecer “el dolor más grande de mi vida”.