El secesionista Quim Torra dijo que ejercerá un mandato “provisional” en un contexto de excepción y será “leal al mando del 1 de octubre”, en referencia al referéndum de autodeterminación, por lo que trabajará para crear la República catalana. La elección de Torra como presidente inaugura una nueva etapa en el conflicto entre la norteña región española y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, a quien se le vuelve abrir un nuevo frente de inestabilidad. Torra explicó que volverá a impulsar las 16 leyes aprobadas por el Parlamento catalán en la última legislatura, que fueron impugnadas por el Tribunal Constitucional, y que también creará con “Consejo de la República en el exilio”, y una asamblea de cargos electos en Cataluña, mientras pidió a la ciudadanía que se involucre en el “proceso constituyente”. Estas últimas medidas, no obstante, pueden tener un carácter más bien simbólico, y lo fundamental estará en si los independentistas dan un paso hacia unas elecciones constituyentes, que, una vez más, pondrán en jaque al Ejecutivo español. La clave está en el paso de la retórica a los hechos, ya que Torra se comprometió con un programa “republicano”, contrario a la legalidad española, ante el cual Rajoy no puede actuar de forma anticipada. Rajoy ya dijo que va a “garantizar que la ley, la Constitución Española y el resto del ordenamiento jurídico se cumplan”.