Percusión vudú haitiana, improvisación y una idea abierta del jazz que más allá del género y su tradición aparece sobre todo como esquema creativo. Ches Smith, uno de los músicos destacados en las confluencias actuales de la vanguardia neoyorquina, regresa a Buenos Aires para proponer uno de sus últimos proyectos. El domingo 20 a las 20, en el Centro Cultural Kirchner, el percusionista y compositor presentará We All Break, un trabajo del que también forman parte quienes fueron sus maestros en percusión haitiana, Daniel Brevil y Markus Schwartz, y el pianista Matt Mitchell. El lunes a las 19, el cuarteto ofrecerá también una master class en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ubicado en la ex ESMA). Y el martes a las 21, Mitchell presentará los temas de su disco Fictions, junto a Smith, en el escenario de Thelonious (Nicaragua 5549). 

Smith cuenta que descubrió la música vudú cuando en un momento de su posgrado en la universidad trabajó con una compañía de danza afrohaitiana. Enseguida se interesó en la manera de combinar tiempos y propiciar diálogos entre las partes que proponía y pudo profundizar esa experiencia estudiando directamente con percusionistas que provenían de esa tradición. “Mi atracción con la percusión vudú fue instantánea. Para mí había algo relacionado con los mejores elementos del jazz, que era mi principal interés en ese momento”, comenta el músico en diálogo con PáginaI12. Se refiere a las analogías entre lo que la percusión vudú llama “quiebre” –“break” en inglés y “kase” en creole haitiano–, los conceptos polirrítmicos que caracterizaron a cierta vanguardia a partir de la década de 1960 y lo que él mismo llama la actual “música creativa”.  

“Enseguida tuve la convicción de que los parámetros del vudú y los principios que de ahí derivaban estaban fuertemente relacionados con la ‘música creativa’ y el ‘nuevo jazz’. En otras palabras, había mucho en común con la música que Matt (Mitchell) y yo tocamos regularmente. Como en la ‘música creativa’ siempre busca nuevas estrategias de composición e improvisación, la introducción de los parámetros vudú en ese ámbito resultaba una idea natural”, explica Smith. 

La presencia de un pianista versátil y experimentado como Matt Mitchell, asegura para el cuarteto una interacción provechosa. “Matt siempre encuentra la manera de tocar lo que escribo, no importa los roles que deba abordar. Lo conocí tocando en la banda de Tim Berne y enseguida entendí que se trata de un músico excepcional. Sabe escuchar con atención y está siempre abierto a todo tipo de improvisación”, asegura Smith. 

El punk y el metal fueron las primeras fuentes musicales de Ches Smith mientras estudiaba filosofía en Oregon, antes de que comenzara a experimentar con la improvisación y el jazz. Como compositor, como baterista y como percusionista, su nombre y su música están poderosamente relacionados con los del clarinetista Ben Goldberg, el compositor Lou Harrison y el guitarrista Marc Ribot, por mencionar algunos exponentes de la actual vanguardia noeoyorquina, además del saxofonista John Zorn y el quinteto de trompetista Dave Douglas, con Lee Konitz, del que supo formar parte. Supo colaborar también con bandas de rock, como Beat Circus, Secret Chiefs 3, Mr. Bungle y Xiu Xiu, y en la actualidad impulsa proyectos con música propia, como el Ches Smith Trío, junto al pianista Craig Taborn y el violista Mat Manieri, y el quinteto These Arches, con la guitarrista Mary Halvorson, Berne, los saxofonista Tim Berne y Tony Malaby y la acordoneonista Andrea Parkins.

–¿Cómo ubica a We All Break en relación a sus otros proyectos?

–Entre todas mis experiencias, We All Break es algo distinto. Sencillamente porque está compuesto a partir de un concepto que tuve que estudiar muy profundamente para sentirlo propio. Originalmente lo hice desde la perspectiva de un extraño, de acuerdo, pero llegué a involucrarme estrechamente con varias comunidades haitianas durante bastante tiempo. En fin, tuve que trabajar duro durante años para llegar a un lugar en el que me sintiese preparado para comenzar a escribir esta música. En cambio, en otros proyectos que llevo adelante, como These Arches, las composiciones están más cerca de mi perspectiva natural, es decir de una corriente de influencias no filtrada y en todo caso no consciente, que es el resultado de una mezcla de punk, noise, free jazz y composición de música de concierto, que son la músicas que desde siempre me nutrieron.

–¿Y qué es lo que mantienen en común?

–Lo que todos mis proyectos tienen en común es que invitan a los músicos que participan a incorporar la totalidad de su experiencia en la música que hacemos. Por ejemplo, a los miembros de These Arches les gusta participar en la improvisación libre, entonces improvisamos libremente sobre el material. Los integrantes de We All Break tocamos ritmos vudú, y tanto Matt (Mitchell) y como yo disfrutamos de esas nuevas complejidades que se crean. Y cuando el material se vuelve complejo, es para disfrutarlo.