La persistente devaluación del peso a lo largo de las últimas semanas ya tuvo fuerte impacto en los precios. A nivel mayorista, el trigo, los envases de aluminio y plástico, los materiales de la construcción, insumos metalúrgicos, componentes de motos y autos, hilados, cueros para procesar y tintas y papel, entre otros, presentan subas alineadas al dólar o incluso en algunos casos por encima del movimiento cambiario. En el segmento minorista, harina, pan, fideos, aceite de mesa, azúcar, arroz, impresiones gráficas, manufacturas del cuero y ropa, por ejemplo, tuvieron impacto en lo que va del mes. El efecto sobre los precios va a continuar en las próximas semanas, incluso si el dólar encontrara un nuevo precio estable, cosa que hasta ahora no sucedió.

En las góndolas

Este diario accedió a varios listados de precios de hace tres semanas en grandes cadenas de supermercados de la Ciudad de Buenos Aires y los comparó con los valores actuales de las góndolas. El aceite de girasol Cañuelas de 1,5 lts avanzó en Coto de 57,20 a 62,20 pesos (8,7 por ciento), mientras que el Natura lo hizo en Carrefour de 59 a 68 pesos (15 por ciento). El arroz fino Ala de 1 kg se incrementó en Plaza Vea de 20 a 20,80 (4 por ciento), el azúcar Ledesma, de 23 a 24 pesos (4,3 por ciento) y la manteca Sancor de 200 gramos lo hizo de 50 a 54 pesos  (un 8 por ciento). En Coto, el agua Glaciar de 1,5 lts subió de 22 a 25,50 pesos, un 15,9 por ciento y en Carrefour, la cerveza Stella Artois avanzó de 63 a 73 pesos, un 15 por ciento.

Un caso extremo fue el de la harina. El paquete de un kilo 000 de La Favorita subió de 11,99 a 17,75 pesos, mientras que la versión 0000 lo hizo de 18,99 a 28,05 pesos, en ambos casos se trata de subas del 48 por ciento. Las panaderías también acusaron recibo de este movimiento. “En abril, la bolsa de harina estaba a 400 pesos y hoy cotiza 600 pesos según el molino, es una suba del 50 por ciento. Esto se explica por el dólar y porque los molinos no tienen trigo porque los del campo están especulando”, explicó a este diario Emilio Majori, de la Federación Panaderil de la provincia de Buenos Aires. El kilo de pan subió en estos días un 25 por ciento, agregó el dirigente.

El trigo cotiza en dólares porque es un bien exportable, lo cual impacta de lleno en el precio de la bolsa de harina. La suba del dólar junto a la escasez de trigo por retención de la cosecha afectó a los precios internos. Esto también se trasladó a productos derivados, como los fideos, que subieron entre un 3 y un 7 por ciento en los distintos supermercados. “Hay subas de alrededor del 6 por ciento en productos de limpieza, también aumentos en enlatados, carnes, lácteos y perfumería. Lo único que amortigua a los precios es que el consumo está bajo”, indicó a este diario Héctor Polino, director de Consumidores Libres, que hace un relevamiento quincenal de precios. Entre los detergentes, el Ala Plus de 750cc subió en el último mes de 24,60 a 26,60 pesos, un 8,1 por ciento, mientras que el Magistral lo hizo de 42,10 a 46,40 pesos (10,2 por ciento). La pasta de dientes Colgate avanzó 9,2 por ciento, de 65 a 71 pesos. “Los precios van a seguir moviéndose mucho la semana que viene”, estimó Polino.

Alberto Williams, de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, comentó a este diario que “la carne viene en suba desde hace un mes. Pasó de 82 a unos 87 pesos (por kg) la media res -7,3 por ciento-”, mientras que Roberto Domenech, del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, explicó que “los costos subieron por el movimiento del maíz y de la soja, tanto por la sequía como por el dólar. Representan el 70 por ciento del costo del alimento balanceado, que es el 50 por ciento del costo del pollo”.

A la par del dólar

“La mayoría de los hilados subieron a la par del dólar, así como las anilinas, que son la base para darle color y terminación a la tela”, indicó a este diario Marco Meloni, fabricante de telas y confecciones. Los hilados más utilizados en la industria textil acumulan en el último mes una suba del 27,5 por ciento. Por su parte, Ariel Aguilar, titular de la cámara de marroquineros, señaló que “el cuero se vende a 20 dólares, antes y después de la devaluación”. Desde Gráfica Patricios detallaron a este diario que “cuando sube el dólar, sube el papel: las papeleras primero aumentaron un 11 por ciento y luego otro 7 por ciento hasta la semana pasada. Terminaremos el mes con un aumento del 20 por ciento”.

Entre los fabricantes de productos para la construcción describen que los insumos se mueven a precio dolarizado. Se trata de empresas usualmente oligopólicas o directamente monopólicas en sectores como aluminio, hierro y cemento. En algunos casos, calculan el dólar directamente a 26 pesos. Los fabricantes de productos metalúrgicos también registran aumentos de costos de insumos en línea con el movimiento del dólar. Desde una de las principales fábricas de motos del país indicaron a este diario que “el componente importado es del 70 por ciento, con lo cual la incidencia es muy fuerte. No podemos trasladar todo al consumidor porque no vamos a vender nada, pasaremos un tiempo con baja de la rentabilidad”. Uno de los primeros fabricantes de línea blanca explicó que “el impacto del dólar sobre los insumos es del 50 por ciento, o sea que una devaluación del 20 por ciento eleva los costos en un 10 por ciento. Si se tiene en cuenta el costo total, el impacto de la suba del dólar es del 6 por ciento”.

“La incidencia de la devaluación en el precio de los insumos es muy alta ya que son en su gran mayoría de origen importado. Se está haciendo el mayor esfuerzo posible para que ese traslado a precios sea el menor posible”, contestó ante la consulta de este diario Federico Hellemeyer, director ejecutivo de Afarte (que agrupa a las empresas electrónicas de Tierra del Fuego”). Carlos Simone, de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca) dijo que “el dólar afecta en forma directa y proporcional. Las promociones a través del e-commerce permitieron disimular los precios en los últimos días, pero a partir de la semana que viene comienza otra etapa”.

Concentración y traslado

Salvo en el caso de los supermercados y otras empresas grandes, el traslado final a los precios minoristas está mediado por la capacidad de la empresa de mantener su cuota de mercado, en un contexto de deterioro de las ventas e incremento de importaciones. Según la CAME, en abril las ventas minoristas de las pymes cayeron un 3 por ciento respecto de 2017, y en la comparación del primer cuatrimestre con el mismo período del año pasado, la merma es del 1,9 por ciento. Según el Indec, las compras en los supermercados muestran en el primer trimestre un crecimiento interanual en términos constantes del 1,8 por ciento, aunque la consultora KantarWorldpanel midió una baja del 1 por ciento y tiene, para todo el año, una proyección de caída del 0,5 por ciento. 

En la medida en que el aumento de los precios internos a partir del movimiento del dólar es una realidad entre los grandes fabricantes e importadores, y ni salarios ni jubilaciones se van a recomponer en el corto plazo, el resultado será un mix entre pérdida del poder adquisitivo y caída de la rentabilidad en pymes, según resulta del panorama que presentan los diferentes sectores.