De aquella ocasión en que la estrella pop Britney Spears visitó Argentina por primera (y hasta el momento, única) vez, en el desenlace de 2011, varias imágenes quedaron forjadas en la memoria de quienes acudimos a su bendición en el Estadio Único de La Plata. El calor que la tenía pegajosa, los mosquitos picándola subida a un columpio, el diluvio bonus track, la utilería funcionando a media máquina; con toda su vulnerabilidad, colgada de dos cables o movida por sus bailarinxs, puro poder. Es una de las figuras clave de su generación, símbolo de la supervivencia dentro de una industria que muestra más potencia para destruir ídolxs que para encumbrarlos. Para quienes aquel noviembre no consiguieron llegar al show, la existencia de La Britney Cordobesa podría venir a ofrecer un alivio. Sin embargo, en charla con Pilar Martinez Pería, es decir, Britney (de Villa Maria, Córdoba), lo que creíamos un tributo musical se descubre como una situación performática de otras lecturas. 

¿Cómo llegaste a ser Britney Spears?

–So... This is Britney and I’m very happy to be interviewed by Suplemento Soy! (risas a duo). La Britney Cordobesa es en realidad un colectivo que formamos con Jair Jesús Toledo, artista y performer amigo mío, y con mi primo, Joaquín Wall, que es como mi hermano mellizo. Entre los tres pensamos las performances y elegimos las canciones de Britney... Aunque en verdad no, las canciones las elijo yo porque me tienen que llegar fuerte al corazón. No es un mero homenaje; soy una especie de médium de Britney para el mundo del arte. Armamos un show corto con esas canciones y lo montamos, como en este caso, en ArteBA.

¿De qué manera tu fanatismo por Britney derivó en todo esto?

–En 1999 flasheé con el video de “...Baby one more time” más que nada porque me vi igual a ella. Ese verano empecé a ir a un club y la gente arrancó a hablar de mi parecido; yo soy de Villa María, que en esa época era relativamente chico, así que lo del parecido se propagó y en todos lados me gritaban “¡Britneyyyy!”, o me cantaban estrofas de temas, te juro (risas). Jair es testigo porque fue compañero y amigo mío todo el secundario. En 2016 me volví a encontrar con él después de varios años y lo primero que surgió fue esta historia, y después vino nuestra primera performance en una feria de arte en Córdoba.

EL RINCÓN QUEER DE LA FERIA

Jair Jesús Toledo, además de formar parte de La Britney Cordobesa, comanda el espacio Disidente desde hace un par de años, en el que funciona como un programador que se adhiere a distintos eventos y ferias de arte en los que instala una agenda de situaciones aledañas, más familiares o más absurdas, que se producen en simultáneo al cronograma oficial; es decir que cada feria puede tener su versión Disidente, con otrxs artistas, otras muestras, otras performances.

¿Cuál es la idea detrás de ArteBA Disidente?

–Disidente funciona generando un espacio alternativo a una determinada muestra. En “Perfuch 2”, que fue el festival anual de performance de la galería UV Estudios en diciembre del año pasado, nació esa necesidad de hacer un festival paralelo, alternativo, o mejor dicho, complementario, al que se estaba haciendo. Entonces hicimos un festival parásito, que se nutría del otro. “Disidente” siempre existe en relación a otro espacio, tratando de sumar gente, porque no vamos en contra de ese espacio principal. Invito a gente que no se dedica necesariamente al arte para que se anime a hacer algo, a probar, a aprovechar un lugar de experimentación; gente que no es performer, o que no se considera artista, y que tiene media hora en un espacio determinado para hacer cosas. Por eso creo que ahora en ArteBA tenemos una vidriera para que La Britney Cordobesa explote.

La Britney Cordobesa se presenta este domingo a las 20.30 en ArteBA en Disidente