Al pequeño Aylan Kurdi dan ganas de rescatarlo con un abrazo. Aylan, de tres años, es una víctima de la catástrofe humanitaria que golpea a las puertas de Europa. Aylan, su madre y su hermano murieron escapando de la guerra en Siria. Un país donde el terrorismo islamista, el régimen de Bashar al Assad, Estados Unidos y Rusia dan batalla para imponer su ley. La imagen de un niño ahogado en una playa turca interpeló al mundo hace tres años, pero no se circunscribe al drama sirio. Millones de migrantes libios, iraquíes y afganos, entre tantos, arriesgan sus vidas cruzando mares en pésimas condiciones imaginando un futuro mejor para ellos y sus familias. La imagen de Aylan denuncia lo inadmisible.