El acuerdo que el gobierno había alcanzado con las petroleras a comienzos de mayo para congelar los precios de los combustibles por apenas dos meses fracasó anoche luego de dos días de negociación y las empresas aumentaron hoy 5 por ciento las naftas y 4,5 por ciento el gasoil. La devaluación del peso y  la suba del crudo hicieron crujir el pacto casi desde su inicio y la insólita decisión oficial de aumentar el Impuesto a los Combustibles en medio del congelamiento le dio el tiro de gracia. El Ministerio de Energía informó a través un comunicado que también habrá un aumento de 3 por ciento en julio y después las partes volverán a negociar.

Shell informó anoche que la nafta súper aumenta de 25,79 a 27,08 pesos, la premiun V Power de 29,98 a 31,48 pesos, el gasoil común de 22,56 a 23,58 pesos y el gasoil premium V Power Diesel de 26,47 a 27,66 pesos. Al cierre de esta edición, YPF todavía no había comunicado su nueva lista de precios, pero se estima que la nafta súper pasará de 25,29 a 26,50 pesos, la premium Infinia de 29,28 a 30,74 pesos, el gasoil Diesel 500 de 22,06 a 23,05 pesos y el gasoil premium Infinia de 25,70 a 26,86 pesos. 

Los precios de los combustibles teóricamente están desregulados desde octubre, pero la suba del dólar y del barril de crudo, en un contexto de inflación ya de por sí alta, llevaron al gobierno a negociar con las petroleras un congelamiento que se oficializó el 8 de mayo. La tregua que se planteó entonces fue por 60 días con la promesa de que en el segundo semestre las empresas podrían trasladar a precios lo que no aumentaran entre mayo y junio. Sin embargo, el acuerdo no duró ni siquiera un mes. 

El principal elemento de tensión que hizo templar el pacto fue la fuerte suba del dólar que trepó un 22 por ciento en mayo. Además, la cotización del barril tipo Brent, que se toma como referencia en el país, sumó una presión adicional al bordear los 80 dólares (ayer cerró a 76,79 dólares), muy por encima de los 57,34 dólares a los que cotizaba el 23 de octubre cuando se aplicó el primer ajuste post-desregulación. No obstante, lo que hizo volar el acuerdo por el aire fue la decisión oficial de aumentar el Impuesto a los Combustibles un 6,7 por ciento en medio del congelamiento. 

La decisión fue del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que puertas adentro buscó convencer a su par de Energía, Juan José Aranguren, de que ese ajuste, producto de la reforma impositiva que entró en vigencia el 1 de marzo, no tenía nada que ver con el acuerdo sellado con las empresas. Las petroleras no lo entendieron así y el jueves le comunicaron al gobierno que la movida oficial daba por caído el congelamiento. Fue entonces cuando Aranguren convocó de urgencia a los líderes de las compañías para tratar de encontrar una salida. A la reunión asistieron representantes de YPF, Pan American Energy, Chevron, Entre Lomas (Vista Oil&Gas), Pluspetrol, Tecpetrol y Sinopec. 

Inicialmente se analizó aplicar un esquema que contemplara un “barril criollo” de petróleo con un precio fijo en torno a los 70 dólares, independiente de los vaivenes internacionales, y habilitar aumentos mensuales de 3 por ciento a partir de julio para quitarle presión a las refinadoras, pero ni siquiera ese acuerdo prosperó y finalmente se informó que las empresas aumentarán entre 4,5 y 5 por ciento hoy y otro 3 por ciento el mes próximo. “Los productores de petróleo crudo acompañarán este esfuerzo limitando los precios de la compra-venta de su producción en el mercado interno durante los meses de mayo, junio y julio del corriente año. Dicha limitación será motivo de un Acuerdo a suscribir entre las partes”, informó ayer Energía. Fuentes del sector informaron a PáginaI12 que ese acuerdo contempla un precio del petróleo de 66 dólares para junio y 67 para julio.