Natalia Barisani cumplió ayer 24 años. Y entre los festejos de su cumpleaños y la emoción por la masividad verde de la marcha de Ni Una Menos, decidió contar una parte trascendental de su historia más personal, con la ida de sumar “mi granito de arena a la lucha por la despenalización y legalización del aborto”, como le explicó a Página/12. Poco después de la medianoche posteó en su Facebook lo que nunca antes se había animado a detallar públicamente: que ella es hija de una mujer violada que la dio en adopción apenas nació y que “no pudo decidir sobre su cuerpo porque era 'chica', así que sus padres tomaron las riendas”, y en esas circunstancias la obligaron a seguir con el embarazo. La mujer tenía 18 o 19 años. “Cuando la vi por primera vez, vi a una mujer quebrada. Que su forma de 'cerrar' una herida era saber de mí”, escribió Natalia. “Yo nací. Tengo una vida de lujo a pesar de los obstáculos que tiene la vida. Por suerte todo salió perfectamente bien para mí. Pero atrás hay una persona que sufrió muchísimo y hay otras a su alrededor que la ligaron de rebote. No es todo tan perfecto como creen, no todos tienen la suerte que tuve yo con mi familia. Yo creo que si mi progenitora hubiese podido elegir abortarme por su bienestar, lo hubiese aceptado (aunque no sabría de ello)”, agregó.

   En los últimos párrafos de su posteo, la joven refuerza con contundencia su apoyo a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y dice:  “No hay que quedarse en el molde. En lo que uno cree que es, con una sola experiencia o con lo que uno quiere creer. Hay que abrir la mente y ver que no todo es lo que parece. Cada uno es dueño de decidir sobre su vida. De que quiere y que no. Si quiere ser madre y llevar adelante un embarazo, una crianza, o no.

Así que con todo esto digo: EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR Y ABORTO LEGAL PARA NO MORIR.

El aborto existió, existe y existirá”.

     La publicación de Natalia es pública pero no permite comentarios fuera de su círculo de amigos. Así lo decidió la joven para evitar agresiones de gente antiderechos, que por su postura, pretenda atacarla virtualmente. 

   Natalia tuvo una adolescencia “complicada”, con cuadros depresivos, a partir de sufrir bullying en la escuela de parte de un compañero y una profesora, por su condición de “adoptada”, dice en diálogo con Página/12. Recién hace poco pudo salir adelante con el acompañamiento de sus padres adoptivos, y, sobre todo, de una psicóloga que la sacó a flote, dice.

  --Se suelen escuchar algunas historias de personas, que están en contra del derecho al aborto, que alegan que su nacimiento fue consecuencia de una violación y que si la mujer violada hubiera recurrido a un aborto, ellos no estarían ahí. Pero nunca se había escuchado una postura como la tuya. ¿Qué te llevó a escribir lo que posteaste?

   --Mi vida fue medio caótica desde los 11 años y así, conociendo a mi progenitora, le doy un cierre. Decidí contarlo porque creo que puede servir, que es mi granito de arena a la lucha por la despenalización y legalización del aborto –dice Natalia. Vive en la ciudad de Buenos Aires.

   A su progenitora, como ella la llama, la conoció un año y medio atrás. La mujer la contactó por Facebook. Y se encontraron. La vio dos veces. “Le costaba mucho hablar porque era reabrir una herida –dice la joven a este diario--. Me di cuenta que le hacía mal”. Después del nacimiento de Natalia, tuvo otra hija y otro hijo, en el marco de relaciones de pareja. Natalia los conoció también.

    --Alguien que está en contra de la legalización del aborto te diría, que si tu mamá hubiera tomado la decisión en aquel momento de interrumpir esa gestación forzada, vos no habrías nacido, no existirías…

   --Yo creo que en la etapa de feto no hay una persona. Yo no creo que es vida humana. Si para ella hubiera sido mucho mejor eso, hubiese sido mejor que pudiera hacerlo. Yo no me hubiera enterado.

   El cumpleaños de Natalia coincidió con una nueva marcha de Ni Una Menos, que tuvo como una de sus consignas principales, el reclamo por la aprobación de una ley que avale la interrupción de embarazo. Natalia no pudo ir a la movilización. Pero la acompañó a la distancia. Estuvo en la del 8M. Poco después de la medianoche del lunes, decidió publicar el siguiente posteo, con su historia más íntima, confirmando una vez más que lo personal es político.

  Aquí su texto completo:

  “Existe el "te entiendo" de suponer y el "te entiendo" de lo viví, sé lo que sentís.

Hoy cuento un poco de mi historia. Hoy hace 24 años nací yo. 4 de Junio de 1994. Soy adoptada. Por cierta razón, mis padres no podían concebir.

Tengo una familia increíblemente hermosa. No cambiaría nada de ella. Amo profundamente a cada ser que forma esta gran familia. Mis padres? Un lujo. Los mejores del universo. En mi casa somos 3 humanos, mamá, papá y yo. Los fines de semana se suma mi abuelo. También están mi gata y mi perra.

Siempre supe de mi adopción. Cuando era chica (como casi todo niño) preguntaba cómo había llegado al mundo. Mi "cuento" era que mamá no podía quedar embarazada, entonces se anotaron en una lista para poder tener un hijo. Un día llamaron a casa, atendió mi papá, y muy feliz fue a llevarle flores a mamá al hospital donde trabajaba. Allí le dio la noticia de que venía en camino. Y así empezaron los papeleríos, las entrevistas, etc.

Siempre lleve con muchísimo orgullo el ser adoptada.

Mi infancia fue graciosamente impecable. De 10. Hasta mis 11 años, que por una razón u otra, sufrí bullying por ello. Por parte de un alumno y de una profesora. A partir de ahí, caí verdaderamente en lo que significaba la adopción. Que mamá no me había llevado en la panza. Que existía una progenitora y un progenitor, quienes podían tener otros hijos y ser mis "medio hermanos", etc. Muchas dudas y preguntas surgieron.

Desde allí, empezó la guerra en casa. Me pasaban muchas cosas por la cabeza a las cuales no podía poner en palabras. No quería ir al colegio, me negaba completamente. Mis viejos me preguntaban que me pasaba y lo único que podía decir llorando era "no sé". A los 12 años fui a mi primer psicóloga. Quien me ayudo en el momento, pero me dio el "alta" cuando no debía. Pase por varios psicólogos desde entonces. Estuve en depresión por 8 años. Me autolesioné varias veces. Mis papás fueron al juzgado para averiguar si podía ver mi expediente. Les dijeron que recién a los 18 años, si no tenía que pasar por varios psicólogos hasta que me permitieran y solo si ellos creían que no me iba a afectar. Me negué. Tuve una adolescencia complicada, perdí a mi madrina, mi abuela y mi tío. Me pegó fuerte. A los 15 años conocí a la mejor psicóloga que podía existir. Gabriela Carrea. Me salvó de muchas, de todas. He querido desaparecer, he querido morir. Lo que me mantuvo siempre en pie, fue y es mi familia.

Gracias a Gabriela, empecé a ponerle palabras a mis sentimientos, emociones. Aprendí un montón. Aprendí a no guardar las cosas, a reconocer que me pasa, y mucho más.

A partir de ahí empezó todo a mejorar, hasta mis 21, que hubo un cambio radical en toda esta historia.

Decidí presentarme al juzgado y ver mi expediente. La jueza era madre adoptiva. Reflejó a su hija en mí, así que lo único que hizo fue reabrir una herida y no darme la información que buscaba. Solo pude suponer algo que leí de pasada.

Al mes, me llego una notificación en Facebook, era mi progenitora. A penas me dijo que era ella, me llene de adrenalina y con ganas de escapar. Me contuve. Mi familia y mi novio me acompañaron en todo el proceso.

Al mes decidí conocerla, gracias a Gabi que me dio el aliento y el lugar para encontrarnos (en su consultorio).

Nací por medio de una violación. Ella tenía 18/19 años aprox. No pudo decidir sobre su cuerpo porque era "chica", así que sus padres tomaron las riendas.

Cuando la vi por primera vez, vi a una mujer quebrada. Que su forma de "cerrar" una herida era saber de mi. No creo que haya sido así, pero la aliviano bastante el saber que tenía una hermosa familia y que estaba bien.

Yo creo que es una mujer muy valiente. Que es frágil y fuerte al mismo tiempo. Que tiene alegría y mucha felicidad, pero también tristeza y bronca. Ella tuvo una hija dos años después de que yo nací, con quien tengo una relación hermosa y de a poco se va formando una hermandad. También tuvo un hijo, con quien no tengo mucho contacto ya que es menor y hay pocos temas en común. Es una familia hermosa que tiene sus baches como cualquier otra, pero que llevan un tema frágil como el que acabo de contar.

A qué voy con todo esto? Yo nací. Tengo una vida de lujo a pesar de los obstáculos que tiene la vida. Por suerte todo salió perfectamente bien para mi. Pero atrás hay una persona que sufrió muchísimo y hay otras a su alrededor que la ligaron de rebote. No es todo tan perfecto como creen, no todos tienen la suerte que tuve yo con mi familia. Yo creo que si mi progenitora hubiese podido elegir abortarme por su bienestar, lo hubiese aceptado (aunque no sabría de ello). A mi mamá y a mi papá seguramente les iba a llegar otro bebé a quien pudieran brindarle todo el amor que me dieron y me dan. Incluso aunque los papeles, entrevistas y demás sean tan complejos que a algunas personas se les va la vida deseandolo sin lograrlo.

No hay que quedarse en el molde. En lo que uno cree que es, con una sola experiencia o con lo que uno quiere creer. Hay que abrir la mente y ver que no todo es lo que parece. Cada uno es dueño de decidir sobre su vida. De que quiere y que no. Si quiere ser madre y llevar adelante un embarazo, una crianza, o no.

Así que con todo esto digo: EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR Y ABORTO LEGAL PARA NO MORIR.

El aborto existió, existe y existirá.

Hay gente que no sabe que el "pre-semen" contiene espermatozoides, hay gente que no consigue anticonceptivos gratis ni sabe que hay preservativos gratis, hay profesionales que no informan cómo debe ser. Hay mucho por cambiar, pero se puede!!

#NiUnaMenos #AbortoLegalYa #AbortoLegalSeguroYGratuito

PD: Gabriela Carrea, psicóloga y cómplice en mi vida. Que en paz descanses. Te extraño muchísimo. Eternamente agradecida a vos y tus enseñanzas. Te quiero por y para siempre.