“Uno pensaría que la combinación fatal del calentamiento global más la administración de Donald Trump ya eran un boleto de ida hacia el fin del mundo. Sin embargo, un grupo de nerds estadounidenses decidió poner el pie en el acelerador apocalíptico creando una inteligencia artificial psicópata llamada Norman. Por Norman Bates, sobra la aclaración...”, se inquieta el sitio The Mary Sue al relatar flamante experimento de científicos del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), que quisieron corroborar qué sucedería si un algoritmo era “alimentado” con información de “las esquinas más oscuras de la web”. Así, en lugar de data “normal”, mostraron a Norman imágenes de personas muriendo en circunstancias violentas. ¿Y dónde encontró el MIT imágenes tan horripilantes? En Reddit, ¿dónde más? Procedió luego el team Frankenstein a relevar qué resultados arrojaba su criatura digital en comparación a una IA estándar, entrenada con visuales de gatitos, pájaros y humanos en situación vital. Y los resultados que hallaron fueron, por lo menos, perturbadores: al mostrar a sendos algoritmos similares imágenes abstractas, mientras la IA estándar veía “un jarrón con flores”, Norman veía “un hombre asesinado a tiros”. Lo que para la primera era una persona sosteniendo un paraguas, era para Norman un tipo gritón acribillando a su señora. ¿Y los parajitos sentados en una rama, según la IA no psicópata? Un hombre electrocutado hasta el estertor, acorde a Norman. “Los datos utilizados para enseñar a un algoritmo de aprendizaje automático pueden influir significativamente en su comportamiento. Cuando la gente dice que los algoritmos de IA pueden ser parciales e injustos, el culpable a menudo no es el algoritmo en sí, sino los datos sesgados que se le suministraron”, subrayó el profesor Iyad Rahwan sobre su bebé psicópata. Y lejos de asustarse, tan solo destacó que “los datos importan más que el algoritmo; en última instancia, la IA que está expuesta a información ‘defectuosa’ retendrá esa visión del mundo”. En fin, somos lo que comemos, una vez más.