El  pasado 27 de abril el gobierno de Macri presentó un conjunto de medidas de reforma de la legislación laboral con el objetivo lograr una mejora de la competitividad enunciando varios principios. Entre los principales fundamentos se habla de un “marco institucional que rodea lo laboral comprime las virtudes de las fuerzas sociales, manteniéndolas en un entorno que ha quedado sumergido en la imprevisión de su desenvolvimiento y el la asfixia de su entorno regulatorio” que impiden el desarrollo de las empresas en sus aspectos productivos y de competitividad y que es necesario eliminarlas para poder crear puestos de trabajo. Agrega que “este ambiente negativo ha tenido efectos concretos para el trabajo” responsabilizando a la legislación que establece derechos de los trabajadores como responsable del desempleo y el empleo no registrado.

En ese sentido la dirección a la que apuntan los cambios propuestos es de quitar derechos y protecciones que la legislación da a los trabajadores, hacer más baratos y más fáciles los despidos, generalizar el empleo temporario y eliminar castigos a quienes tuvieron trabajadores en negro desfinanciando el sistema de seguridad social. Como todas las propuestas del gobierno de Cambiemos, se fundamenta la necesidad de un sacrifico (como siempre para los sectores medios y bajos) que luego tendría una beneficio: mayor empleo y mayor empleo registrado. En la realidad muchos de estos puntos ya se experimentaron anteriormente durante la década del ‘90 bajo el mandato de Carlos Menem y más recientemente en España desde el 2010; en ninguno de los casos se crearon puesto de trabajo. En el caso argentino es justamente al revés el periodo en que se “liberó a las empresas de la asfixia” de las leyes que protegen los derechos laborales está relacionado con el momento de mayor crecimiento del desempleo y del empleo en negro.

El desempeño de la economía y la inversión productiva son los factores adecuados para generar puestos de trabajo. Si en el día a día de la economía real y realizando un el análisis de cualquier empresa sobre un excedente de dinero que podría invertir para aumentar la producción y generar empleo, es muy difícil que elija este camino hoy; con las altas tasas de interés que pagan los títulos de deuda de cortísimo plazo del banco central (Lebac) es mucho más rentable y menos riesgosa la timba financiera que la inversión productiva.

Un resumen de las propuestas es el siguiente:

  1. Se establece un régimen de regularización de las relaciones laborales en donde los empleadores podrán blanquear trabajadores con una condonación total de deudas de aportes, contribuciones, multas e intereses, prescribiendo además toda responsabilidad frente al incumplimiento de la ley penal tributaria. El trabajador registrado por este método, cualquiera sea su antigüedad no podrá computar más de 5 años de antigüedad y pierde el derecho a la indemnización por incumplimiento en la registración.
  2. Se anula la irrenunciabilidad a derechos adquiridos en contratos individuales. Este cambio va a poder permitir que en momentos de aumento del desempleo algunos trabajadores acepten peores condiciones con tal de mantener el empleo. Así se aumenta el poder del empleador para poder modificar las formas y modalidades del contrato de trabajo.
  3. Se reduce la indemnización por despido, eliminando de la misma todo componente que no sea de periodicidad mensual, normal y habitual; como por ejemplo el aguinaldo. 
  4. Se crea a la vez un fondo para financiar el pago de indemnizaciones mediante la cual se espera que las indemnizaciones dejen de ser una obligación del empleador y pase a ser financiada por un fondo en el que si bien se establece aportan los empleadores el efecto es que aleja a los mismos de la responsabilidad directa, por lo que incentiva los despidos. 
  5. Se crean nuevas formas laborales, como el trabajador independiente y el trabajador económicamente dependiente y la practicas para estudiantes, todas figuras que tienden a generalizar la existencia de trabajadores sin los derechos establecidos en la institución  contrato de trabajo.


Todas estas figuras se presentan como necesarias para mejorar la competitividad de la economía. Objetivo noble, pero difícil de lograr en una economía donde el Estado se deshizo de todos los controles al capital financiero fomentando principalmente la especulación, y donde la inversión en educación, ciencia y tecnología esta en escalera a la baja. Un repaso de las experiencias de mejora de la competitividad muestra que una competitividad genuina en la economía del conocimiento se logra mejorando la educación, la ciencia y la tecnología y vinculando a estas al sistema productivo 

* Docente de la UBA y de la Universidad Nacional de Quilmes.