Los resultados de las elecciones primarias de Nueva York se cerraron ayer con la sorpresiva victoria de Alexandria Ocasio Cortez, una latina demócrata de 28 años que ha derrotado a un veterano rival utilizando como bandera su plataforma progresista. 

“La comunidad está lista para un movimiento de justicia social y económica”, afirmó Ocasio Cortez, de madre puertorriqueña, en declaraciones a los periodistas después de que los datos sobre el escrutinio confirmaran su victoria en la elección interna demócrata. En los comicios del martes estaban en juego los candidatos de nueve distritos de la Cámara de Representantes. Sólo en uno de ellos, el once, había primarias republicanas, y en el resto había una prueba electoral entre los demócratas. Pero, de todas las opciones, la victoria de Ocasio Cortez ha sido la más destacada porque logró vencer a Joseph Crowley, de 56 años, un poderoso congresista demócrata conocido también como el “rey de Queens” y que ocupaba su escaño desde 1999. 

Con el escrutinio casi total de los votos difundido ayer, Ocasio Cortez obtuvo el 57,5 % de los sufragios, frente al 42,5 % de Crowley y quien se presentaba pensando que tendría asegurada su elección. El demócrata, de hecho, estaba considerado como el próximo presidente de la Cámara de Representantes en caso de que los demócratas conquistaran la mayoría en los comicios de noviembre. 

“Este es el comienzo de un movimiento”, tuiteó Ocasio Cortez poco después de conocer su victoria. La política del Bronx, representante de la comunidad puertorriqueña de Nueva York, trabajó en la campaña política del progresista Bernie Sanders en los comicios internos demócratas que dieron la victoria a la aspirante presidencial Hillary Clinton. 

Hace dos años, la joven política decidió lanzarse a la carrera congresista en una misión que, según recuerda ahora, algunos la calificaron como imposible por el poder que Crowley acumulaba en el distrito, que comprende el este del Bronx y el norte de Queens, barrios de la ciudad de Nueva York.

Ese desafío era el primero al que se enfrentaba Crowley dentro de su partido, y también ha sido el primero que perdió. “El ni siquiera vive en el distrito. Vive en Virginia. Lo que tenemos que examinar es qué está haciendo esta persona con su poder”, había dicho Ocasio Cortez en una entrevista días antes de los comicios internos. “La comunidad no es su prioridad. Aquí no se habla de la lucha de los indocumentados, de reformas al sistema penal que encarcela de forma desproporcionada a latinos y negros”, agregó refiriéndose a Crowley. 

Ocasio Cortez, graduada en Relaciones Internacionales y Economía por la Universidad de Boston, protagonizó una campaña de base, limitada de recursos frente a la de Crowley, con una plataforma socialista de atención de salud universal para los jubilados y estudios universitarios gratuitos. Además, la política progresista, abogó por una reforma en la financiación de las campañas. Acentuó que, a diferencia suya, su rival demócrata había recibido dinero de corporaciones para financiar su campaña. “Esta campaña es gente versus dinero: nosotros tenemos a la gente, ellos tienen dinero”, dijo Ocasio Cortez. A pesar de los golpes que le propició la joven neoyorquina, Crowley la felicitó y prometió apoyarla en noviembre. En un comunicado, el veterano demócrata advirtió que Estados Unidos perdería la nación que los estadounidenses amaban si Ocasio Cortez y otros demócratas nominados no le ganaban la Cámara de Representantes de vuelta a los republicanos. En los comicios de noviembre, Ocasio Cortez se enfrentará al republicano Anthony Pappas, quien no tenía oposición dentro de su partido, aunque lo tendrá difícil en las elecciones por las claras simpatías demócratas del Bronx y de Queens. De los otros distritos que estaban en juego en las internas demócratas, los cuatro congresistas actuales lograron adjudicarse su victoria, y sólo quedó fuera precisamente el derrotado por Ocasio Cortez. 

Hasta el presidente estadounidense, Donald Trump, se hizo eco de esta interna demócrata que ganó Ocasio Cortez, pero no tanto para ensalzar la victoria de ésta, sino para destacar la derrota de Crowley. “Nadie se lo esperaba. Quizá debería haber sido más amable y más respetuoso hacia su presidente”, tuiteó el mandatario.