“En todos aquello países que tienen una imputabilidad disminuida no se ha demostrado una mejora para la seguridad pública. Por el contrario, parecen agravarse ciertas condiciones, sobre todo de las personas en situación de vulnerabilidad y particularmente en los menores de edad. En los países de la región, la edad de la imputabilidad está por debajo y no se ha reflejado en un mejoramiento de la seguridad pública. Pero cada vez que ocurre un hecho de gravedad como el de Flores, la dirigencia suele apelar a la reforma de la ley penal para dar respuesta a episodios puntuales como este, que es de gravedad y no puede ser minimizado. Pero no podemos estar sancionando una ley cada vez que ocurre un hecho. Tienen que plantearse respuestas a situaciones como ésta, pero que no pasan por el sistema penal ni por la prisión, sino por atender situaciones sociales agudas que tiene que ser atendidas por el Estado. Bajar la edad no es la respuesta, porque la respuesta no debe ser incrementar la violencia sino profundizar los caminos de la pacificación de la sociedad. Y el sistema penal está opuesto a la posibilidad de pacificación, ya que es expresión de violencia.”

* Juez y director ejecutivo de la Asociación Pensamiento Penal (APP).