En medio de fuertes cuestionamientos por los 354 despidos en la agencia Télam y por la promesa incumplida de Cambiemos de enviar un proyecto integral de ley de comunicaciones convergentes (en reemplazo de la desguazada, por decreto, ley de medios audiovisuales), el Senado aprobó ayer la modificación de la Ley de Telecomunicaciones. La votación terminó contó 46 votos positivos, compuestos por Cambiemos, Argentina Federal, y otros senadores de bloques provinciales. En contra votaron sólo 11 senadores: ocho del FpV-PJ, la senadora por San Luis, Eugenia Catalfamo, el porteño Fernando Pino Solanas y la rionegrina, Magdalena Odarda. “Con el cuento de la modernidad y el cuádruple play estamos consagrando y legitimando la existencia de dos poderosos oligopolios en la Argentina que van a gobernar la materia de las telecomunicaciones”, disparó enérgico el jefe del bloque kirchnerista, Marcelo Fuentes, uno de los más duros junto con Solanas. 

La contundencia de la votación de ayer no reflejó ni el tono ni la amplitud de las críticas que recibió el oficialismo durante la sesión en la que se aprobó la denominada “ley corta” de telecomunicaciones. El proyecto fue presentado semanas atrás por el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, como una necesidad urgente, y defendido por el senador macrista Federico Pinedo como una medida que busca a favorecer la “competencia” y mejorar “la conectividad en todos los rincones de la argentina”. Durante el debate en la comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión, que preside el chubutense Alfredo Luenzo (Argentina Federal), se le introdujeron algunas modificaciones tendientes a moderar el impacto sobre los operadores locales ante la llegada de grandes operadores como Telefónica, Telecom-Cablevisión o Direct TV. La norma establece que las compañías telefónicas y los licenciatarios de servicios de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (Tic) deberán facilitar su “infraestructura pasiva” (postes, torres y ductos) para ser compartida con “otros licenciatarios, para el despliegue de sus redes, en la medida en que ello sea técnicamente factible”. A su turno, Luenzo advirtió que se trata de una ley “demasiado corta” aunque reivindicó algunos cambios introducidos como la ampliación del plazo de prohibición para que las grandes empresas puedan prestar servicios de radiodifusión y TV satelital en el interior: el plazo es de dos años para Buenos Aires, Córdoba y Rosario, 3 años en las ciudades de más de 100 mil habitantes y 4 años para el resto del país.

Durante todo el debate, senadores tanto de Argentina Federal como del FpV-PJ denunciaron los despidos en Télam, que en varias provincias significó directamente el desguace de las corresponsalías. Además de Luenzo, hicieron referencia al tema las justicialistas Norma Durango, Beatriz Mirkin y la kirchnerista Ana Almirón, entre otros. Luenzo intentó que se aprobara un proyecto de declaración y otro de comunicación por los despidos pero Cambiemos lo rechazó. 

“Esto que parece ser un asunto meramente tecnológico está abriendo las puertas a una extraordinaria concentración comunicacional”, disparó Solanas, quien reivindicó el debate por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, de 2009. “Se la tiró de tres cachetazos al suelo y se la modificó por decreto”, señaló el senador de Proyecto Sur, que regó de críticas tanto al Gobierno como al Grupo Clarín por la autorización de la fusión Cablevisión y Telecom y la falta de pluralidad de información. “Hay un ejército de periodistas y comunicadores muy bien pagos que se constituyen en una fuerza de opinión fabulosa”, denunció y agregó que “no hay democracia cuando el monopolio informativo y el unitarismo ocupa el espacio local”. Apelando a su condición de cineasta, cerró su intervención en contra de la “pequeña, mezquina y embustera ley corta” con una descripción gráfica: “Hemos hecho nacer un grandísimo dinosaurio, muy voraz. Y lo dejamos entrar en casa”.

Con la misma vehemencia, Fuentes reclamó por la falta de una norma integral. “Este es un negocio fabuloso. El grupo Clarín no tiene aliados estratégicos. El grupo Clarín tiene socios ocasionales. Una vez que tiene de esos socios lo que necesita, los mata”, le advirtió al oficialismo. El senador por Neuquén aseguró que no se trata “solamente de la infraestructura”. En un mensaje hacia otros opositores, que también expresaron críticas pero que iban a votar a favor, señaló que “esto es entregarle una navaja a un mono” ya que están “entregando el control de la comunicación, la posibilidad de manipular de manera ideológica preestablecida cuáles son las relaciones políticas de los argentinos”.

El jefe del interbloque Argentina Federal, Miguel Pichetto, también realizó en cuestionamientos. Dedicó algunos párrafos a defender sobre este tema al gobierno de Cristina Fernández, quién lo escuchó sin hacer uso de la palabra durante toda la sesión. Recordó el debate de la ley de medios y el desarrollo de 26 mil kilómetros de fibra óptica por parte del Estado Nacional. Tuvo, además, un párrafo muy crítico en el que involucró tanto a la gestión de CFK como la actual. “Había un intento de darle valor a la producción local pero la basura extranjera venía. Esas porquerías de telenovelas de centroamérica y la incorporación de la cultura de ampliación de la base latinoamericana argentina, de decadencia profunda. Es como la conducción de la AFA, o el técnico que tenemos. Decadencia profunda. Por esto también nos va mal”, ironizó y siguió sus disparos contra los canales que pasan al pastor Giménez o los que al cierre de su programación emiten programas con “sectas ubandas (sic)” que hablan “estupideces”.