No hay conversación sobre el sistema de captura de movimiento en la industria del cine que no incluya el nombre de Andy Serkis. Desde que asombró a los espectadores con su composición de Gollum en la trilogía de El señor de los Anillos, el actor británico se convirtió en un pionero de esa técnica, encarnando sucesivamente a King Kong en el film del mismo Peter Jackson, Caesar en El planeta de los simios y el Líder Supremo Snoke en Star Wars. Además de estas performances, el actor dio inicio a The Imaginarium, un estudio basado en Londres que se especializa en “captura digital de performance”. Por eso quizás no hay una mejor persona para hablar sobre cómo cambiará la tecnología en el futuro del cine. 

“Hoy estamos entrando en un estadio diferente, porque el entretenimiento no tendrá que ver solo con los cines tal como lo conocemos ahora”, dice el intérprete. “Tristemente, el cine se está desvaneciendo. Más allá de los grandes tanques, los streamers están tomando el control”. Según explica Serkis, el cine tendrá que adaptarse; y hay dos avances tecnológicos que revolucionarán la manera en que los realizadores cuenten sus historias: la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR). La captura de movimiento, por supuesto, tendrá un rol central en ese futuro, ya que esa técnica permite que las performances de los actores sean “mapeadas” en una historia en 360 grados.

“No hay dudas sobre eso”, dice el actor de 54 años. “En los próximos diez años veremos muchos actores interpretando roles en VR. Ahora que Alejandro González Iñárritu ha hecho su propia película en ese sistema, se verán muchas, muchas más historias en 360 que usan capturas en VR”. El proyecto de Iñárritu, Flesh and Sand (“Carne y Arena”), fue lanzado el año pasado, y debutó en el Festival Internacional de Cine de Cannes, convirtiéndose en el primer proyecto VR en ser presentado en el evento. El film de siete minutos –que fue premiado con un Oscar al “logro especial”– hace que los espectadores usen un casco para ser testigos de un relato en primera persona de alguien cruzando la frontera de Arizona hacia México. 

A pesar de los elogios, hubo varios directores clásicos que expresaron dudas y se rehúsan a aceptar un inevitable futuro en VR. Serkis fue testigo de primera mano, pero agrega que ciertamente las actitudes están cambiando. “Todos lo han pensado en un estilo ‘¿Cómo llevamos la experiencia de un film al VR?’. Pero lo que yo creo que es necesario preguntarse es ‘¿Cómo llevamos el teatro al VR?’. El VR requiere una performance mucho más visceral. Creás estos avatares de personajes, pero en lugar de una narrativa cinematográfica, lo que estás llevando a la vida es un guión de teatro”.

Llevar el VR a todos sigue estando aún lejano, ya que los cascos son todavía muy caros. Y aunque la tecnología puede ser clave en el futuro del cine, todavía hay algunas opiniones sobre la tecnología moderna que aún deben ser atendidas y necesitan respuesta. A comienzos de año, uno de los puntos donde se debatió el asunto fue la ceremonia del Oscar. Iñárritu (que  previamente ganó una estatuilla al Mejor Director por El renacido) puede haber obtenido ese premio especial, pero Serkis aún no obtuvo nada por la trilogía de El planeta de los simios, una serie impactante que presenta el trabajo indudablemente más logrado del actor. Las tres películas de la saga no consiguieron llevarse el premio a los mejores efectos visuales y Serkis no estuvo nunca ni cerca de un Oscar a la actuación, a pesar de que muchos opinan que lo merece. ¿Es algo que le moleste? “Para ser justos, este año en la Academia se habló mucho del asunto”, dice él. “Ellos buscan atender a la diversidad, mirar hacia la naturaleza de lo que es una performance. La captura de performance, la actuación de voz, las películas animadas, los personajes disfrazados como Doug Jones en La forma del agua... ¿cuál es la diferencia entre eso y John Hurt en El hombre elefante? Esa fue una performance brillante de un hombre brillante bajo montañas de maquillaje”.

Las cosas, dice Serkis, van a cambiar. Otro aspecto en el que se comprueba que el cine está cambiando rápidamente –y, otra vez, él es un experto conocedor del asunto– no tiene nada que ver con la captura de movimiento sino con los “tanques”. En años recientes, el actor apareció en dos películas de Star Wars y tres de El planeta de los simios, pero muchos espectadores lo reconocerán por Ulysses Klaue, el villano secundario en Avengers: Era de Ultrón y Pantera Negra. Sin cubrirse con efectos de CGI, el verdadero rostro de Serkis finalmente quedó expuesto en películas multimillonarias (ambas superaron la recaudación de mil millones en el mundo). Habiendo trabajado en todas esas producciones, Serkis ha visto algo peculiar que sucedió en años recientes: los mensajes contenidos en los blockbusters han cambiado. “Es gracioso que estas películas ‘tentpole’ sean mensajeras del discurso inteligente”, dice. “Ya no son las pequeñas y prestigiosas películas la que están diciendo algo intenso sobre un tema en particular, sino estas grandes piezas de entretenimiento, que realmente están conectando con la gente”. ¿Y qué están diciendo? “Todas hablan de la misma cosa: la pérdida de la empatía, del amor. Star Wars trata del individuo y la habilidad para unirse para derrotar a las fuerzas de la oscuridad. En Pantera Negra se trata de construir puentes, no muros. Temáticamente están en el mismo círculo. Estas películas son nuestra mitología actual, y le hablan al mundo. Son películas proféticas, y eso es porque son grandes obras de ciencia ficción.”

La más obviamente profética de todas las superproducciones en las que Serkis ha aparecido (y sin dudas la más revolucionaria de los últimos tiempos) es Pantera Negra. Con un director y un elenco predominantemente negros, la película de Marvel se ha convertido en un hito cultural, recibió muy buenas reseñas de la crítica y arrasó en la taquilla. “Se siente que la marea está cambiando”, dice Serkis. “En cierto sentido es una pena, porque todas las películas deberían ser como Pantera Negra. Deberíamos haber llegado a este punto hace mucho tiempo. El mundo está en este momento obviamente polarizado, pero están sucediendo grandes movimientos que pelean contra la división. Todo esto juega un gran papel en eso”.

La mayoría de los personajes que Serkis interpretó recientemente terminaron muertos. No tiene sentido preguntar por las posibles secuelas porque, en caso de suceder, él obviamente no tendrá participación en ellas. “¡Me mataron en tres películas de altísimo perfil en los últimos seis meses!”, se ríe. ¿Quizás Disney está llevando adelante una vendetta contra Serkis por la inminente adaptación de la rival El libro de la selva? “¡Es una extraña situación!”, vuelve a reírse. La adaptación, originalmente llamada Jungle Book Origins pero finalmente titulada Mowgli, marca técnicamente el debut de Serkis como director. Aunque Breathe, la película en la que dirigió a Andrew Garfield, llegó a los cines el año pasado, Mowgli fue filmada mucho antes; la posproducción produjo el retraso en el estreno. “Ha pasado mucho tiempo, pero estoy super entusiasmado porque es realmente magnífica”. ¿Es difícil pasar de dirigir una película a solo actuar en una? “¡Me encanta!”, exclama el actor. “Me encanta ir de una cosa a la otra. Porque cuando estás dirigiendo la responsabilidad es gigante, la presión es intensa por un largo, largo período de tiempo. Dejar eso y actuar en un proyecto hace que te enfoques solo en el personaje que estás interpretando”. Y aunque Serkis disfrute el hecho de solo actuar, el Serkis director continúa trabajando en Rebelión en la granja en The Imaginarium, y pronto se embarcará en una enorme gira de promoción para Mowgli. Será que los pioneros no tienen descanso.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.