Los acontecimientos que desencadenaron en la detención del cantante y compositor Pity Álvarez son los mismos que vemos recurrentemente los que trabajamos a diario en esta problemática. Un adicto a la deriva, con la voluntad adormecida, una familia tan dependiente y confundida como él y una sociedad que ve pasar como en una película de terror aquello que no le afecta y por ende se despreocupa y estigmatiza.

Entonces escuchamos: “qué podríamos haber hecho y donde está el estado para estos casos”. La verdad es que desde nuestra organización venimos haciendo y poniendo el cuerpo hace más de treinta años en esta compleja tarea de ser puente humano y solidario para que sujetos como Pity puedan encontrar en la otra orilla un proyecto existencial armonioso.

La posibilidad que un sujeto pueda plantarse en su sombría forma de vivir y tomar la decisión trascendental de cambiar de rumbo tiene que ver con ir “cercándolo”, por decirlo de alguna manera, entre las Ongs y los estados municipales, provinciales y nacionales con abordajes específicos y responsables para que inicie un proceso terapéutico en un espacio supervisado y multidisciplinario. No con discusiones interesadas y demagógicas donde se piensa en agradar a la masa popular por encima de iluminar la intimidad descuajada del adicto.

El desafío siempre será transformar una vida para proyectar ese bienestar integral en el mejoramiento de la efímera existencia cotidiana.

 

AEA (Asociación Argentina de Especialistas en Adicciones)