Es vox populi que los medios públicos más allá de jactarse como los medios que representan a “todas las voces” siempre han respondido desde su construcción a la lógica política oficial. Esto los ha vuelto el blanco de innumerables críticas tanto desde los sectores mediáticos que responden a establishment comercial (lo que se conoce como la derecha mediática), como desde los sectores más progresistas pregoneros de la independencia y la pluralidad de voces. En este contexto, ¿cuál es la función que el macrismo parece haber otorgado a los medios públicos en comparación con el gobierno kirchnerista, y a partir de allí, cómo se refleja esto en los contenidos que nos llegan desde la/s pantalla/s?

Primeramente, cabe mencionar la función destacada que el kirchnerismo otorgó a los medios públicos, sobre todo a partir de la sanción de la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. En lo que respecta específicamente a contenidos televisivos, la implementación de lo que se conoce como la Televisión Digital Abierta (TDA) permitió a la audiencia acceder de manera gratuita a una serie de canales que además de los tradicionales 2, 7, 9,11 y 13 se hallaban otros como por ejemplo el polémico Paka Paka de Zamba, Encuentro, el canal del Incaa, DeporTV, Tec TV, Construir o ACUA.

La función preponderante que tuvieron los medios públicos durante el kirchnerismo responde a dos lógicas. La primera, vinculada directamente a la falta de espacios desde la cual el gobierno pudiera hablar de su gestión. Así fue como frente a la fuerza dominante de los medios comerciales opositores,el kirchnerismo supo forjar estratégicamente el carácter de los medios públicos a su favor dotándolos de presupuestos y contenidos acordes. La segunda lógica respondía a una cuestión de carácter más ideológico, desmitificar la idea de que los medios públicos no eran capaces de producir contenido innovador y de calidad. Así fuimos testigos de cómo se consolidó, desde el punto de vista de la producción y la puesta al aire, un sistema de medios públicos capaz de competir con la hegemonía mediática de los contenidos del establishment. Los canales de aquella televisión pública explotaban su grilla de contenido de producción nacional diverso, de interés social, local y de un marcado carácter federal.

Hoy por hoy es innegable el detrimento que han sufrido los medios públicos no solo desde el punto de vista presupuestario, sino también, y como consecuencia de esto último, desde su contenido. Canales directamente removidos o reemplazados por otros de dudosa procedencia como Paraguay TV o France TV (un canal informativo de Europa Central completamente en francés); programas desactualizados que son repetidos ad infinitum desde hace tres años; inclusión masiva en las grillas de contenido extranjero, películas, documentales, animaciones, latas de todo tipo, color y tamaño, entre otras aberraciones televisivas. Cabe la responsabilidad a la conducción ministerial de Hernán Lombardi en lo que respecta a la implementación de políticas vinculadas al área. 

El rol que Cambiemos ha otorgado a los medios públicos es secundario, ha relegado la función que cumplieron durante el kirchnerismo y la respuesta al por qué es la siguiente: en primer lugar, el macrismo no necesita valerse de estos medios como formadores de opinión, cuenta con el apoyo, hasta ahora incondicional, de los pulpos mediáticos de Clarín y la Nación. Esta lógica se aplicaría también para el reciente vaciamiento de la Agencia Nacional de Noticias Télam. Segundo, y más interesante, la cuestión ideológica. El macrismo ignora la función de los medios públicos en la sociedad, simplemente no es capaz de comprender de qué se trata. Esta ideología macrista del desprecio y la desvalorización de lo público en general, que también representa a un sector de nuestra sociedad, tiene su correlato sobre el sistema de medios públicos en particular. 

La acotada idea de vincular lo público con lo mediocre, con lo que “es gratis” por eso no tiene valor ni importancia. En fin, así es como un sector de la sociedad tiene la posibilidad de “elegir” a los medios privados para su entretenimiento como a la escuela privada para su educación, mientras otros, tenemos la “necesidad de caer” en los medios públicos y la escuela pública. Para estos dos últimos el mismo destino, la decadencia. 

* Licenciada en Comunicación Audiovisual Unsam.