Unos mil taxistas se movilizaron ayer con un bocinazo hasta el Monumento a la Bandera, en rechazo a la posibilidad de que Uber –la plataforma de transporte particular de pasajeros- se instale en Rosario. Durante la protesta, la concejala María Eugenia Schmuck presentó un proyecto para regular las plataformas digitales relacionadas con coches de alquiler –incluida Uber-, del sistema público y privado. En la iniciativa, la diferencia entre las locales y las no locales sería una serie de condiciones “para que no sean una competencia desleal”, aclaró la edila. Desde el Sindicato de Peones de Taxi la tildaron de “provocadora” y los dueños de chapas se manifestaron “con angustia” porque si llega Uber –aseguran- se pondrían en riesgo los puestos de trabajo de taxistas. También hay rechazo de otras expresiones políticas.

Menos de 24 horas después de que la intendenta Mónica Fein calmara las aguas con los trabajadores del sector al decir que la aplicación no tiene regulación ni control para funcionar en Rosario, ayer continuó la polémica en torno a que la plataforma de transporte que funciona en otros lugares del mundo haga pie en la ciudad.

Mientras los taxistas se movilizaban desde el parque Independencia para rechazar cualquier iniciativa que le abra la puerta a la multinacional que opera mediante una red de transporte privado, la edila radical propuso que todos los coches de alquiler puedan solicitarse a través de plataformas digitales y presentó el proyecto de “un marco regulatorio”, donde “Uber no es la única”, dijo.

Para los taxistas, Uber significará más precarización laboral para el sector. Incluso, durante la marcha que calificaron de “multitudinaria” para visibilizar el malestar del sector, rechazaron los dichos de la concejala con un cartel que la nombraba: “Schmuck go home”. La edila dijo a los medios que lo que se presentó fue “un marco regulatorio general de todas las plataformas digitales, locales y no locales. “Exigimos a las no locales una serie de condiciones para que no sean una competencia desleal con los taxistas”, aclaró. “No animarse a debatir los cambios es una actitud conservadora”, consideró.

La decisión de la edila desató la polémica cuando días atrás manifestó que “sería interesante que discutamos la llegada de Uber”. El enojo llegó por parte de los dueños de chapas y peones de taxis que se manifestaron en contra del planteo y de cualquier proyecto que posibilite la llegada de Uber. La bronca con Schmuck comenzó meses atrás, luego de que la concejala –junto a su par Fernanda Gigliani- denunciara penalmente a taxistas de la Terminal de Omnibus, por el monopolio de las paradas y las amenazas desatadas.

En la protesta de ayer, el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, llamó “provocadora" a la edila, y dijo que la haría responsable de las consecuencias de que llegue Uber. "No hay que bajar la guardia, son empresas que pasan por encima de la soberanía de un país", sumó José Iantosca, de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar). "Estos monopolios que concentran la economía, vienen para llevarse la plata al extranjero", agregó.

“Respeto las opiniones de todos, pero los taxistas que me descalifican y amenazan no leyeron el proyecto, porque lo que buscamos es regular. Es la posición que tuve siempre en estos temas y está regulado en otras ciudades del mundo”, dijo en el programa Una tarde perfecta, de LT8. “Es una empresa de transporte y tiene que estar regulada para no ser competencia desleal. Hay que fijarle condiciones más exigentes”, aclaró la concejala. “Planteamos un canon del 5 por ciento del valor del auto, anual, por decir una de las condiciones que ponemos para que esa plata quede en el sistema, para que vaya al fondo compensador del transporte, a un sistema de créditos”, mencionó.