Luego de las medidas anunciadas por las autoridades del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), un conjunto de organizaciones se movilizó ayer a la Escuela de cine del organismo para acompañar una nueva reunión del Consejo Asesor, el órgano de cogobierno del Instituto. También para manifestarse en torno a consignas similares a las de las últimas movilizaciones del sector: “No al ajuste al cine”, “en defensa del cine independiente”, “por un plan de fomento inclusivo y federal”. En la reunión, las autoridades del organismo detallaron cómo funcionará el sistema de créditos recientemente anunciado. Las novedades no fueron bien recibidas por los manifestantes.

Las autoridades del Incaa informaron que ya habían firmado un convenio con el Banco Nación para otorgar créditos al sector cinematográfico. Mientras que hasta el momento la tasa de interés para el desarrollo de proyectos era del 4 por ciento, ahora ascenderá a un 31, según explicaron integrantes del órgano de cogobierno. Es otra mala noticia para un ámbito golpeado. Además, los requisitos para acceder a los créditos serán más restrictivos y el monto, insuficiente, de poco más de seis millones de pesos. Los directores de cine, representados en el Consejo por Fernando Krichmar, exigieron que el convenio sea debatido. Las organizaciones que movilizaron se oponen a la bancarización de los créditos. Otro punto que se discutió fue el aumento del costo medio de película nacional: la dirección del Incaa propuso que sea del 25 por ciento, pero la cifra seguirá en debate.

El reclamo de reorientar el fomento une al Colectivo de Cineastas (CdC), Realizadores Integrales de Cine Documental (RdI), Documentalistas de Argentina (DOCA), Directores Independientes de Cine (DIC), Asociación de Directores y Productores de Cine Documental Independiente de Argentina (AdN), Proyecto Cine Independiente (PCI) y Red Argentina de Documentalistas (RAD). Para estas organizaciones, el cine nacional atraviesa una parálisis casi total, y ante todo el independiente: denuncian que, en lo que va del año, el instituto no otorgó créditos y no abrió convocatorias para concursos, entre otras cosas.

Con este panorama, en los últimos días las autoridades del Incaa promovieron medidas que se activarán hasta que se lance el plan de fomento 2019. Una de ellas implica, según la dirección del organismo, una mejoría en torno al acceso a fondos para rodaje de películas de audiencia media, a través de créditos industriales y anticipos de subsidios con carácter semestral –aplicables al momento del inicio del rodaje–, elevándose de 10 a 12 millones y medio el tope de inversión para cada proyecto. Cuando todavía no se conocían todos los detalles de la aplicación de estas resoluciones, el sector ya manifestaba su descontento. El Colectivo de Cineastas (CdC), por ejemplo, emitió ayer temprano un comunicado, en el que las cuestionaba: “Son sólo paliativas y dilatan la solución de fondo”.

Sobre el plan de anticipo de subsidios, el CdC sugirió que no se estableció “un criterio claro y transparente que contemple a todas las películas en producción”. “Se siguen abriendo concursos a películas por convocatoria y ópera prima, siendo una vía altamente restrictiva y que, como se ha visto en los llamados anteriores a concurso, no funcionan de manera plural, quedando afuera gran parte del espectro de productores de cine independiente”. 

Consultada por PáginaI12, la productora Vanessa Ragone –integrante del Colectivo Acción Mujeres– también opinó sobre el tema. “Los anticipos de subsidios son un paliativo, muy específico, para películas que están por empezar a filmar. Armar una película lleva dos, tres años. No tener una idea de cómo uno se va a financiar es complicado”, indicó. “Actualmente, todo el mercado está retraído. Es difícil armar películas de gran presupuesto. Es fundamental lograr que vuelva a haber créditos a tasas razonables”, explicó, también cuando aún no se conocía la letra chica del convenio. El panorama es complejo para quienes tienen “empresas con estructuras de empleados y gastos fijos”. “Cada mes que pasamos sin producir nos descapitalizamos”, lamentó Ragone.

Sandra Gugliotta, de DIC, entiende a las nuevas medidas como “herramientas de emergencia”. “El sistema anterior funcionaba. Con el modelo de cine con que se trabajó hasta ahora, había una industria que tenía cantidad de miradas y formatos distintos, en un equilibrio virtuoso, con cosas que podíamos criticar o mejorar. Las nuevas resoluciones tienden a un modelo de cine industrial, no independiente. Tampoco es para las pymes. Se está armando un esquema para los que pueden conseguir el dinero afuera”, sintetizó la directora. Si bien puede ser “un formato interesante”, el régimen de anticipo de subsidios brinda como apoyo “un monto muy chico”, que da como resultado un “cine pauperizado”, opinó. El día de ayer terminó por confirmar un temor que el sector manifestaba hace meses: que los créditos no los dé el Incaa, sino un banco.