Se terminó el invierno para la relación entre el diputado provincial Federico Angelini y la concejala rosarina Ana Martínez. A tal punto mermó la rivalidad entre ambos que el sector macrista que se referencia en la ex diputada nacional fue premiado con un puesto en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), el rol que dejó vacante la diputada nacional Astrid Hummel. El abogado Germán Pugnaloni, ladero de la ex conductora de TV, asumió como vocal del directorio del ente que asiste a cooperativas y mutuales. Por el puesto pugnaba el variopinto arco de Cambiemos, la misma Hummel y los radicales más afines al oficialismo nacional.

Fue virulenta en 2017 la PASO rosarina entre el ganador Roy López Molina y la perdedora Martínez. Angelini, armador del vencedor por entonces, metió la cola y salió a cruzarla públicamente a la ex legisladora nacional. La acusó de "mentirle a los rosarinos" luego de viralizar un spot filmado para la campaña del 2015 donde a ella se la ve junto al presidente Mauricio Macri. El enfrentamiento entre ambas listas siguió por varios meses, incluso luego de que López Molina venciera en la generales. Martínez, por caso, procuró más de una vez no asumir en el Palacio Vasallo y quedarse en el Congreso. Dilató tanto su decisión que demoró la asunción de su reemplazante Hummel.

Murió el ruido electoral en 2018 y el internismo en el PRO bajó su dosis. El sector de Martínez perdió peso y debió reagruparse. Ella bajó el perfil, esquivó las notas periodísticas, aunque reclamó lo que –interpretó– merece. Por esa razón, luchó desde temprano por quedarse con el cargo que dejaba libre Hummel en el gobierno nacional. Para lograrlo, pese a que es bien considerada en la Casa Rosada, debió revisar su vínculo con Angelini, el hombre fuerte de los amarillos en Santa Fe, con el que recorre la provincia y con el que se mide como candidato a gobernador. Y por convicción o por necesidad, la relación se enderezó. “Las decisiones son siempre de Federico en la provincia”, mensura un diputado.

Por ese motivo, Pugnaloni se quedó con el cargo en el Directorio del Instituto. Fue cuarto en la lista de concejales que lideró Martínez y quedó octavo en la nómina que encabezó López Molina. No estuvo lejos de convertirse en edil ya que el PRO metió seis concejales en el Vasallo. Apenas asumió el macrismo en la Nación fue premiado como nuevo delegado de la oficina de Migraciones en la zona y arrancó en 2018, por pedido de la ex conductora, en un rol de mayor peso. Cuando Hummel dejó libre el cargo, el del abogado fue el primer nombre que puso Martínez sobre la mesa. En el PRO aseguran que ella ya no es todo lo díscola que fue en el 2017. “Ana está laburando muy bien, está aggiornada, aunque siempre le queda el dolor de la pérdida”, describió un legislador amarillo.

La movida significó una derrota para Hummel, que creyó que al mudarse al Congreso de la Nación iba a mantener el cargo de INAES para algún ladero suyo y aumentar así su cuota de poder. Pero Angelini optó por entregárselo a Martínez a través de Pugnaloni. Según una fuente macrista, Hummel fue castigada por el presidente del partido santafesino por su “posición ambigua con respecto a su posicionamiento partidario y su excesiva especulación”.