Por la muerte de dos animales, la rinoceronte Ruth y la jirafa Shaki, en un plazo de diez días, y videos que muestran una invasión de ratas y cucarachas en el ex zoológico porteño, uno de sus ex directores presentó una denuncia ante la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema) para que se intervenga la institución que, rebautizada Ecoparque, está en proceso de reconversión en parque ecológico. En su presentación, el naturalista y museólogo Claudio Bertonatti apuntó al desplazamiento de los cuidadores más antiguos a otras áreas del Gobierno de la Ciudad. “Dos de las áreas que quedaron más debilitadas fueron las de los dos animales que murieron”, dijo a este diario antes de advertir que “lo primero que debieran preguntarse las autoridades es qué están haciendo mal. Porque el Ecoparque es una máquina de generar noticias desgraciadas”.

La denuncia fue presentada el martes, horas después de que se conociera la muerte de Shaki, una de las tres jirafas del predio –las otras dos son el ejemplar macho Buddy, y la cría, Ciro–, y diez días después de que falleciera la rinoceronte Ruth tras una infección generalizada.

Bertonatti sostiene en la denuncia que las muertes podrían tener que ver con el traslado de los cuidadores y profesionales experimentados, y señala que el personal de planta de la institución tiene “en su enorme mayoría pocas o nulas calificaciones, experiencia y conocimientos en lo que hace al quehacer de un centro de conservación, de educación ambiental, de investigaciones científicas y de bienestar animal”.

También hace referencia a dos videos, que aportó a la causa, en la que se ven las condiciones de abandono y suciedad del predio; ratas que comen el alimento de los patos, y una invasión de cucarachas en el recinto de los chimpancés.

Ayer, el ministerio de Ambiente y Espacio Público a cargo del Ecoparque, informó que Shaki, la hembra de 18 años, falleció debido a una “peritonitis aguda causada por una úlcera perforada estomacal”. Según explicaron, pese a que no había manifestado signos clínicos los días anteriores, no respondió al tratamiento. El cuadro clínico tuvo una evolución desfavorable y “falleció a causa de una descompensación generalizada”. En la necropsia participaron Rosana Miatello, médica veterinaria especialista en animales exóticos y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y el patólogo Leonardo Ninatell (UBA).

Al respecto, Fidel Baschetto, médico veterinario, integrante de la Asociación Argentina de Veterinarios en Fauna Silvestre, explicó que una úlcera “tiene connotaciones desde dietarias a neurológicas. El estrés prolongado puede producir una úlcera, una producción excesiva de ácido clorhídrico. También una dieta inadecuada o la mala calidad de la alimentación. Hay momentos críticos de control para que no se produzcan alteraciones en el cambio de la alimentación o de las rutinas diarias de los animales. En el caso de las jirafas, que son herbívoras, por ejemplo, si le dan una alfalfa que tenía más palos que hoja, un palo duro pudo ingresar y producir una lesión que después generó la úlcera. Es decir, la dieta puede ser correcta, y el problema estar en la calidad de la alimentación. O, puede suceder que no se respete la rutina y, al no llegar la comida, los animales coman otra cosa que tienen a su alcance”, y remarcó que “hay que ver si las obras que se están realizando no configuran una fuente de estrés constante, y si se respetan los controles y condiciones necesarias para el bienestar animal”.

Para Bertonatti no hay dudas de que algo no está funcionando en el predio que está en el centro de la polémica, no sólo por las muertes de animales sino también por el proceso de transformación en parque ecológico, que impulsa el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y al que ponen reparos una coalición de organizaciones ambientalistas y de protección animal, y el plan anexo de concesión de los edificios históricos del zoológico.

“Escucho a las autoridades y para ellos está todo bien. Parece que los animales se mueren de síncope de bienestar. Sobre los videos dan dos versiones. Que son viejos, lo cual es mentira, son de hace unas semanas. Y que es de un sector que está en obras. Y tampoco es cierto, porque el recinto de los chimpancés no está en obra”, aclaró Bertonatti, y remarcó que “si lo estuvieran, no justifica que estén infectados de ratas y cucarachas”.

El ex director explicó que “la úlcera perforante tiene causas, y esas causas pueden estar en un sector afectado por el retiro de los cuidadores expertos. O malas prácticas. Me pregunto si tuvieron la comida adecuada en cantidad y calidad porque en el Ecoparque hay más desvelo por los números que por los animales. Cuando computo que quieren dar en concesión los edificios a largo plazo, queda claro que la misión no es reforzar el bienestar animal ni generar espacios de educación o proyectos de conservación sino puestos de venta o centros comerciales que recauden dinero”.

El naturalista recordó que cuando asumió como director del todavía llamado Zoológico, una de las primeras medidas que logró que se adoptara fue que los proveedores de alimentos fueran los mismos para las personas y para los animales. “Por supuesto que eso tenía un costo, las personas que estaban al servicio de la conservación comían las mismas manzanas o calabazas que los animales, sin diferencia. Dudo que eso sea así con la obsesión que tienen por los números”, dijo el especialista, y remarcó que el gobierno porteño “está destruyendo una institución que fue referente mundial, y haciendo un proceso de transformación sin el acompañamiento de ninguna organización especializada, y encima lo llaman Ecoparque, que es un nombre asociado a plantas de reciclado”.

“Es una situación de emergencia que merece que el gobierno convoque a investigadores del Conicet, especialistas de la UBA y la Federación de Médicos Veterinarios. Así como a la coalición de organizaciones que tienen una larga historia en la conservación y el cuidado animal”, reclamó Bertonatti, y enfatizó que “si se mueren un rinoceronte y una jirafa, ¿qué le queda a un coatí o a una iguana que no tienen la exposición pública ni generan la empatía de esos grandes mamíferos?”.