El monto de las reservas internacionales sigue retrocediendo sin pausa. Ayer cerró en 58.799 millones de dólares, con una caída de 313 millones respecto al registro anterior y 937 millones en los últimos tres días. El Tesoro realizó ayer pagos de deudas con los acreedores internacionales por 220 millones y el Banco Central subastó 100 millones diarios. Estas divisas se seguirán ofreciendo hasta octubre. Desde que ingresó el préstamo del FMI ya se perdieron 4471 millones, es decir casi la tercera parte de los 14.792 millones que desde el 22 de junio empezaron a contarse en las reservas. La cuenta es simple: en un mes ya se fugaron 1 de cada 3 dólares que aportó el Fondo.

El dólar, pese a la salida permanente de dólares de la economía, se ubicó ayer en 28,06 pesos, al caer 0,4 por ciento en la jornada y 5,4 desde su pico a finales de junio. La menor presión del dólar llevó a algunos analistas del mercado a vaticinar que se logró una nueva paz cambiaria e incluso adelantaron que los fondos del exterior ya empezaron a entrar al país para apostar a las Lebac. Estos argumentos se basan en dos datos: el dólar se mantuvo en torno de los 28 pesos en las últimas dos semanas y las tasas de interés de las Lebac, que habían alcanzado un pico de 60 por ciento, ahora cotizan cerca del 45 por ciento en el mercado secundario. 

La lectura optimista del panorama financiero es poco consistente con los datos duros de la economía. La situación, que parece bajo control si se la compara contra los últimos días de junio, sigue siendo inestable contra abril (inicio de la corrida cambiaria). La tasa de interés de las Lebac es el doble en relación a lo que ofrecían las letras hace tres meses y el tipo de cambio es un 50 por ciento más alto. El combo fue nocivo para la economía: provocó aceleración inflacionaria (los precios pasaron de subir del 22 al 30 por ciento interanual) y contracción del mercado interno. La caída de 5,8 por ciento en la actividad en mayo adelantó la inmediata recesión. 

La entrada de nuevos capitales especulativos del exterior expone a la economía a una segunda ronda de crisis cambiaria. No se generaron regulaciones a los flujos de ingreso y salida de capitales que permitan contener el problema y la baja de reservas del Central potencia la falta de sustentabilidad estructural. Desde enero, sin tener en cuenta el préstamo del Fondo, las divisas de la autoridad monetaria retrocedieron cerca de 20 mil millones de dólares. La cifra es idéntica respecto de lo que la entidad perdió de reservas internacionales entre 2012 y 2015. El ritmo de fuga no es sostenible y las tasas de Lebac por arriba del 40 por ciento no conformarán mucho tiempo al mercado si la pérdida de dólares se mantiene en estos niveles.

El tipo de cambio mayorista se ubicó ayer en 27,39 pesos, con una caída de 9 centavos. Los volúmenes operados fueron de 523 millones de dólares. El interés de los inversores, según operadores del mercado, estuvo en los instrumentos en pesos y no en la divisa. La tasa de Lebac cerró en el mercado secundario en 44,9 por ciento para el corto plazo y en 42,3 por ciento para las letras a 200 días. Los rendimientos de las Letras en la licitación primaria de julio estuvieron en 46,5 por ciento, lo cual indica que en los últimos días hubo una mayor demanda de Lebac, que generó un aumento en el precio de los títulos y, por tanto, una merma de las tasas que rinde.

Las operaciones en el mercado de futuros de dólar también registraron el menor interés de los inversores por la divisa. El precio de los contratos más cortos bajaron 15 centavos y los más largos anotaron caídas de hasta 25 centavos. Para julio se pactaron compras a 27,53 pesos, mientras que en agosto se negoció a una cotización de 28,53 pesos. Los montos operados sumaron el equivalente a 1118 millones de dólares, de los cuales unos 250 millones fueron por refinanciación de contratos para agosto.