102 minutos es la duración prevista del que es el eclipse lunar más prolongado en lo que va de este siglo. El fenómeno se inició hoy con la Luna acercándose al centro de la sombra de la Tierra. Durante ese lapso, el satélite refleja un tono rojizo por lo cual se habla de “luna e sangre”. Nuestro planeta queda enfrente de la Luna, que no recibe luz solar. Su única iluminación es la luz de la atmósfera, que le confiere la tonalidad rojiza. El punto máximo del eclipse es a las 17:22, hora argentina. En Buenos Aires la percepción se dificulta por el mal tiempo.

Para los científicos, el eclipse de hoy es útil en el estudio de la atmósfera. Concretamente, puede brindar información sobre el estado de la capa de ozono. Incluso hubo científicos que se desplazaron hasta Namibia para poder tomar datos certeros y hacer una transmisión on line. Los últimos estudios revelan que la capa, que protege a la Tierra de la radiación solar, se recupera en la Antártida, pero está en declive en los trópicos y en las latitudes medias. La visualización del color puede dar datos sobre la contaminación de la atmósfera

África, Oriente Medio y parte de Asia central son las zonas donde el fenómeno se puede contemplar por completo. En América del Sur se puede apreciar el final, y en Australia el comienzo. Para mayor interés de los astrónomos, el eclipse estará separado por pocas horas de la noche más brillante de Marte. El planeta rojo será más luminoso mañana por una cuestión orbital sin relación con el eclipse.