El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, minimizó el pedido de las justicia federal para que el Gobierno cancele los vuelos desde el aeropuerto de El Palomar y suspenda las operaciones de la "low cost" Flybondi para realizar una evaluación de seguridad y los reclamos vecinales por el impacto ambiental. Durante la conferencia de prensa en la que anunció un nuevo aumento de tarifas de tren y colectivo, Dietrich tuvo que reconocer los "inconvenientes" que generan para los pasajeros las constantes cancelaciones y desvíos de vuelos ocurridos en El Palomar —diez vuelos sufrieron esos inconvenientes hoy—, pero aseguró que se trata de decisiones por "seguridad" y sostuvo que el Gobierno realiza "inversiones millonarias" para mejorar la operatividad, sin precisiones ni fechas.     

"Hace 100 años que hay un aeropuerto en El Palomar, con muchísimos vuelos, que ha tenido en distintos momentos", se despegó Dietrich respecto de la consulta referida a la cautelar pedida por el fiscal Di Lello, y luego girada al fuero federal de San Martín, para cancelar los vuelos hasta que se revisen las medidas de seguridad. "Es falso que hace cien años funciona un aeropuerto en El Palomar, lo que allí funcionaba era un aeródromo militar", aclaró el abogado Lucas Marisi, integrante de la organización vecinal que reclama por el cierre del aeropuerto low cost.

La definición de aeropuerto y su incorporación al sistema nacional ya le había valido al Gobierno el rechazo por parte del Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Enrique Amrein, en noviembre pasado, a tres meses del vuelo inaugural, que se suspendió por tormenta eléctrica.  

"Hemos hecho inversiones importantes para mejorar su operación", fue el otro argumento expuesto por Dietrich para minimizar la cautelar de la justifica federal y aseguró que El Palomar se transformó en "el octavo aeropuerto del país". Sin embargo, diez vuelos fueron desviados o cancelados en la previa de la conferencia del ministro, y otros 23 habían sufrido los mismos inconvenientes ayer, por la baja visibilidad registrada en el aeropuerto del conurbano oeste debido a las lluvias.

Como denunciaron los gremios del sector del primer momento y lo reconocieron los propios organismos de control gubernamental, El Palomar no cuenta con el sistema ILS para ofrecer seguridad en los aterrizajes con baja visibilidad. Tras las últimas cancelaciones, se había señalado que se avanzaría con esas inversiones, y Dietrich habló de "inversiones millonarias" para operar "con menor visibilidad", pero no mencionó que se llevan a cabo en El Palomar en el corto plazo. De esa forma, a pesar de entender los "inconvenientes para los pasajeros" que generan los desvíos y cancelaciones, sostuvo que se continuaron realizando por "medidas de seguridad". 

De todas maneras, el ministro intentó destacar su política de bajo costo —que en pocos meses vio desestimar el uso de El Palomar a Norwegian, mientras espera la llegada de la chilena JetSmart, con un prontuario similar al de Flybondi— al indicar que ya ha habido 300 mil personas que viajaron en la low cost, y consideró que las polémicas cancelaciones tienen "más impacto" porque viaja más gente. El ministro resaltó que "ha permitido que mucha gente vuele por primera vez" e incluso que "gente que nunca pudo volar ahora tenga un aeropuerto cerca de su casa", resaltó en referencia a los vecinos de Hurlingham, Morón y El Palomar. 

"Nos parece perfecto la gente que voló por primera vez, pero lo puede seguir haciendo desde verdaderos aeropuertos comerciales, como está sucediendo en estos mismos momentos, que los pasajeros de Flybondi viajan desde Aeroparque y Ezeiza", señaló Marisi e insistió: "Lo que no pueden solucionar con ninguna inversión es el peligro que significa que a 500 metros de la pista haya un colegio con 3 mil chicos, y a 150 metros de la otra punta de la pista las primeras viviendas y colegios de Hurlingham. No pueden solucionar ni el peligro ni el impacto en la calidad de vida por la contaminación o el impacto acústico".