El juez federal Daniel Rafecas libró la orden de detención de Walter Acosta, quien se desempeñó como subcomisario de la Policía bonaerense durante la última dictadura. Acosta tiene más de 80 años y vive en Ezeiza, muy cerca de donde prestó servicios al terrorismo de Estado. Según su legajo, para la época de la última dictadura estaba destinado a la División Cuatrerismo, en ese vértice del Conurbano en el que confluyen los partidos de Esteban Echeverría, La Matanza y Ezeiza. Allí funcionaron los centros clandestinos Brigada Güemes y Omega. Su nombre aparecía mencionado en el testimonio del policía retirado Rodolfo Peregrino Fernández, quien en 1983 desde Madrid denunció sus días como ayudante del genocida Albano Harguindeguy cuando estuvo al mando del Ministerio del Interior. Peregrino Fernández señala a Acosta como jefe de la 205 y reproduce algunos de los dichos que éste le contó sobre el lugar. Acosta fue detenido bajo el régimen de prisión domiciliaria: transita la etapa terminal de un cáncer de colon y no hay certeza de que esté en condiciones siquiera para declarar.