Analía Santilli, llegó hoy por la mañana desde Santiago del Estero, para acompañar la vigilia frente al Congreso. Es integrante del movimiento de mujeres en esa provincia y trabaja en un centro de salud. El lunes se acercó hasta el paraje rural, en el departamento de Loreto, en el centro de Santiago del Estero, donde vivía Liliana Herrera, la joven de 22 años, y madre de dos hijas que murió el sábado por la noche como consecuencia de un aborto clandestino. Unos años atrás, Liliana misma había perdido una hermana, Mirna, a los 31 años, por las mismas causas. Liliana era la menor de 6 hermanos. “Su familia nos contó que murieron las dos por un aborto clandestino. Aunque el Ministerio de Salud de la provincia haya dicho otra cosa. En su casita de adobe y piso de tierra nos abrazamos con su familia”, contó Santilli a Página/12. Mirna dejó cuatro hijos. Liliana, dos.

El viernes por la noche Liliana le avisó desesperada a Melina, su sobrina, hija de Mirna, que no se sentía nada bien, que pidiera una ambulancia. En el hospital de Loreto le dijeron que la única que tenían estaba a disposición de un acto político. Finalmente un vecino la llevó al hospital, donde constataron la gravedad del cuadro. Y de ahí la trasladaron de urgencia al Hospital Regional de la capital provincial, donde recién la atendieron al día siguiente y la sometieron a una cirugía para extraerle el útero, pero no pudieron salvarle la vida por la infección generalizada que se extendía desde hacía varios días por su cuerpo. “Tenía un olor putrefacto ya, gritaba de dolor. Su muerte era evitable. Por eso reclamamos aborto legal, seguro y gratuito”, dijo a este diario Santilli y cuestionó la posición de los tres senadores de Santiago del Estero que anunciaron su voto en contra de la media sanción de Diputados.