La Iglesia presiona a los senadores en plano debate del aborto con una misa en la Catedral de Bueno Aires, a pocas cuadras del Congreso. El cardenal Mario Poli encabeza la misa, cuyo nivel de convocatoria parece haber quedado muy por debajo de las expectativas.

La convocatoria fue para hoy a las 20, e incluso se montó una pantalla gigante para seguir las alternativas desde Plaza de Mayo. Sin embargo, la plaza lejos estuvo de llenarse de feligreses contrarios a la legalización del aborto.

De la misa participa, además de Poli, el titular del Episcopado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea. También están presentes otros obispos del resto del país. A su vez, desde el Consejo Nacional de la Acción Católica se mandó un mensaje al claro para alzar la voz “más que nunca” por “la defensa de las dos vidas”.

Tras la media sanción del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en Diputados, la Iglesia Católica redobló su presión para impedir la sanción de la iniciativa en el Senado. En el primer tramo del debate, el senador entrerriano Pedro Guastavino hizo públicos esas presiones por parte de los católicos. "Ayer, en mi cuenta de WhatsApp recibí una enorme cantidad de mensajes que, en nombre de Dios, me pedían una serie de cosas y me calificaban de manera irreproducible", dijo el senador peronista, quien graficó la situación de esta forma: "Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos de un sector de la Iglesia que, quizá, sea el mismo sector que cuando nos desaparecían o nos torturaban daba vuelta la cara."

Además de presionar a los senadores, la Iglesia impulsó diversas movilizaciones y convocó a una misa semanas atrás en Luján en rechazo a la legalización del aborto.