Israel se ve expuesto a un nuevo tipo de amenaza, aseguró el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras el atentado del domingo en el que un palestino atropelló a un grupo de soldados con un camión, lo que llevó hoy a reforzar las medidas de seguridad en Jerusalén.

“Nos enfrentamos a un nuevo tipo de ataques, los perpetrados por un lobo solitario que se siente inspirado y decide repentinamente atentar”, dijo el líder conservador tras visitar a los heridos en un hospital de Jerusalén. Según su opinión, el atacante, que mató a cuatro personas, se sintió atraído por la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Sin embargo, el gobierno no presentó pruebas que avalen esa teoría. En el ataque murieron tres mujeres y un hombre de entre 20 y 22 años, que fueron  enterrados ayer. Hubo además 17 heridos. Una de las supervivientes aún necesita respiración asistida, señaló la web “Ynet”. El palestino, de 28 años, fue abatido.

Israel actuará de forma más dura contra los palestinos que se identifiquen con el EI, se anunció ayer. Los sospechosos serán puestos bajo la llamada prisión administrativa, que implica que los afectados pueden ser encerrados por periodos de seis meses renovables sin que medie una acusación formal contra ellos. Esta práctica es duramente criticada por los defensores de los derechos humanos.  

En un principio Netanyahu vinculó la víspera el atentado a otros similares de julio en Niza y Berlín en diciembre y dijo que el atacante Fadi al Qanbar era un “simpatizante del Estado Islámico”. Sin embargo, no ofreció pruebas y el portavoz de la policía, Micky Rosenfeld, matizó después que el atacante fue “inspirado” por el grupo. La familia del atacante aseguró que el hombre no formaba parte de ningún grupo y la organización terrorista tampoco lo ha reivindicado.

Para evitar nuevos ataques se colocarán más bloques de hormigón en paradas de colectivos de Jerusalén y Cisjordania, dijo Netanyahu. Esos bloques comenzaron a construirse en diciembre de 2015 tras un ataque similar con un auto, según Times of Israel. Además, los servicios secretos trabajan intensamente en identificar con anterioridad a potenciales atacantes solitarios. La policía israelí aumentó ayer el nivel de alerta en Jerusalén, informó una portavoz.

Netanyahu destacó también la rápida actuación de un vigilante y de los soldados durante el atentado para evitar una mayor catástrofe y destacó la importancia de la reacción de los civiles en este tipo de casos. Y es que el ejército negó las acusaciones de que los miembros de un curso de oficiales actuaron de forma vacilante y con pánico ante el ataque.

Asimismo el gobierno israelí quiere derribar cuanto antes la casa del atacante en el barrio de Yabel Mukaber, en la zona de Jerusalén que fue conquistada por los israelíes en la guerra de 1967. El gabinete decidió el domingo que no entregará el cadáver a su familia ni se aprobará una solicitud de reunificación familiar con residentes en la Franja de Gaza, según reportó ayer la radio. 

La organización Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, aunque no reivindicó el ataque, dijo que los palestinos seguirán atacando Israel hasta que logren el objetivo de la liberación, en palabras del dirigente Mushir al Masri. 

El camión arremetió contra los soldados en el barrio de Armon Hanaziv, en la zona oriental de Jerusalén ocupada por Israel en la guerra de 1967 y que los palestinos reclaman como parte de su futuro Estado. Israel, sin embargo, considera que Jerusalén es su capital indivisible.