El diagnóstico del Ministerio de Trabajo asegura que para combatir la informalidad y el desempleo se deben reducir costos laborales y mejorar la empleabilidad. “En Argentina existe un problema muy grave de acceso al empleo. Tenemos que capacitar a los argentinos y dar incentivos para generar puestos de trabajo”, expresó ayer el ministro Jorge Triaca en diálogo con Cadena 3. Los lineamientos para la Reforma Laboral que propone Triaca se complementan con la visión del secretario de Empleo, Miguel Ponte, que anticipa con eufemismos una nueva ola de flexibilización. “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema laboral. Como en el organismo lo es comer y descomer”, afirmó durante una entrevista en Radio con Vos el funcionario y ex responsable del área de recursos humanos del Grupo Techint. Ponte anticipó además que el Gobierno evalúa impulsar un nuevo esquema de pasantías. 

La propuesta oficial para enfrentar los principales problemas del mercado de trabajo desconoce el rol del crecimiento económico y las instituciones laborales, como los convenios colectivos de trabajo y el salario mínimo, para impulsar un proceso sostenido de creación de empleo registrado.  

“En Argentina existe un problema muy grave de acceso al empleo. Tenemos que poner nuestro foco en generar empleabilidad y dar incentivos para generar puestos de trabajo. Bajo ningún concepto eso va en detrimento de los derechos de los trabajadores”, expresó ayer Triaca que promueve además un “blanqueo laboral” donde el Estado se hace cargo de abonar una porción de los trabajadores precarizados que sean regularizados. 

“Nuestros desafíos son el empleo en negro, los jóvenes que no estudian ni trabajan y la desocupación”, enfatizó el autor de la cuestionada iniciativa legislativa que recibió el nombre de Ley de Primer Empleo. El proyecto que propone reducir cargas y aportes para estimular la creación de puestos de trabajo no logró avanzar en el Parlamento el año pasado. “Empiezan a ser momentos donde decir la verdad y tener reglas de juego claras desarrollan oportunidades. Vamos a ir por ese sendero que es largo y cuesta pero produce resultados: queremos romper la inercia en la creación de empleo”, sostuvo el funcionario que comenzó a recolectar cuestionamientos del sector sindical (ver aparte).

“No hay experiencia en el mundo donde una reducción de costos laborales disminuya la informalidad. Estamos frente a un tema más complejo que una mera cuestión de costos. Mejorar las competencias y capacidades de los trabajadores es necesario pero su incorporación en un puesto registrado dependerá de la existencia de demanda. Para que exista demanda laboral hace falta crecimiento económico”, expresó la directora del CITRA, Marta Novick. 

Triaca y Ponte no están solos: “Me preocupa mucho el impacto que tienen las cargas al trabajo. Son anormalmente altas frente al resto del mundo y eso explica en buena medida que la Argentina tenga 35 por ciento de empleo en negro”, sostuvo el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, en sus primeras declaraciones como funcionario. 

La historia argentina evidencia que la reducción de los aportes y contribuciones no sólo no promovieron la creación de empleo de calidad sino que desfinanciaron los sistemas de la seguridad social en un contexto de crecimiento de la informalidad. El diagnóstico del mediático economista que ayer se encontró con el presidente Macri y hoy jurará en su cargo ignora que a pesar de ostentar las tasas más elevadas de la región, el financiamiento del sistema de la seguridad social requiere de un aporte permanente de los impuestos generales. Además, la vinculación lineal entre los impuestos sobre la nómina salarial y la informalidad oculta tres elementos: 1) el sistema jubilatorio argentino presenta las tasas de cobertura más altas del continente, 2) exhibe una de las mayores tasas de sustitución y 3) los niveles de informalidad, a pesar de su relevancia, se encuentran entre los más bajos de la región.