2 Vélez:Domínguez; Díaz, Laso, Abram, Ortega; Nicolás Domínguez, Giménez, Roberttone; Bouzat, Ramis, Vargas. DT: Gabriel Heinze.

0 Newell’s:Ibañez, Piris, Paredes, Fontanini, Ferroni; Amoroso, Bernardello, Rivero, Sills, Fertoli; Leal. DT: Omar De Felippe.

Goles: PT: 1m Abram (V) y 27m Vargas (V) de penal.

Cambios: ST: Desde el inicio Figueroa por Sills (N), 17m Torres por Amoroso (V), 18m Almada por Roberttone (V), 25m Salinas por Ramis (V) y Oviedo por Fértoli (N) y 45m Arena por Giménez (V).

Arbitro:Fernando Echenique

Cancha: Vélez.

 

 

El debut de Newell’s en la nueva Superliga estuvo lejos de todo. Nunca tuvo ilusiones, ni siquiera encontró reacción a cada una de las adversidades que aparecieron en la noche y entregó poca pelea para evitar una caída que germinó el minuto de juego. Omar De Felippe se convenció por una apuesta defensiva que naufragó a los segundos de iniciado el partido y con los cambios ya nada se pudo revertir. El juvenil equipo de Gabriel Heinze se impuso con sorprendente solvencia y goles de Abram y Vargas. Como en los amistosos de pretemporada, el rojinegro cargó con muchas problemas defensivos cuando la pelota estuvo en su área.

Omar De Felippe soprendió a último momento en Liniers con una formación que no había mostrado en los amistosos y tuvo preferencias por imponer marcas en el mediocampo. Juan Ignacio Sills desplazó a Víctor Figueroa y se integró a los volantes Rivero y Bernardello. La apuesta táctica frustó a Newell’s durante todo el juego, incapaz de responder a la supremacía rival.

Porque Vélez administró la pelota a gusto, siempre con pases por abajo, apoyado también en la movilidad que ofrece un equipo íntegramente juvenil. En la primera pelota al área de Ibáñez, el local se puso en ventaja con cómodo cabezazo de Abram, en soledad pisando el área chica en una jugada que nació en la ejecución por debajo de un corner.

Newell’s perdía desde el primer minuto y no encontrará nunca razones para sobreponerse, no solo en el marcador, sino en el juego. Porque el partido que De Felippe pensó para priorizar la paridad se encontró con necesidades inmediatas de atacar y para eso solo se podía esperar una corrida de Amoroso o de Fértoli, nada más. Porque con tantos volantes de marca, Leal, previsiblemente, lució sin complicidad para jugar en el campo rival.

La supremacía de Vélez nunca corrió riesgos. El mediocampo y la pelota era del local. Vargas se escapó solo, en otro descuido de la improvisada defensa leprosa con los estrenos de Paredes y Piris, e Ibáñez disipó el riesgo cuando salió del área a cortar la jugada.

El equipo de Heinze no llevaba el riesgo que suponía su dominio del partido. En los metros finales, y a pesar de todas las dudas que cargaba la Lepra en cada pelota defensiva, las ocasiones de gol no aparecían.

Pero en una pelota detenida Fontanini tomó y tiró por el piso Abram frente a Echenique, y Vargas, con derechazo cruzado, de penal marcó el segundo gol para Vélez. A Newell’s en el partido ya no le quedó ilusiones. Porque estaba a dos tantos de diferencia y todo lo que hizo en ataque fue un derechazo cruzado al cuerpo del arquero Domínguez.

De Felippe no demoró la variante táctica y en el segundo tiempo incluyó a Figueroa. Y al cuarto de hora acudió a Torres. Newell’s tenía ahora un equipo con más aptitudes ofensivas. Pero en Liniers el problema de los leprosos estuvo en el juego con la pelota. Lo que tuvo el equipo rojinegro fue más participación en campo rival, pero nada que pudiera llegar a Domínguez. Por el contrario, Vélez no se decidió a buscar el tercero y atacó con discreción. Ibáñez mostró algunas dudas pero despejó un cabezazo de Ramis y otro de Abram, en los últimos intentos del local

Newell’s se fue de Liniers sin mostrar una jugada ofensiva. Solo pudo meter algunas pelotas de riesgo en el área de Domínguez, pero nada que no pueda controlar el fondo local. Newell’s se sintió derrotado desde el primer minuto del partido y la caída fue inevitable. El viernes que viene llegará Independiente al Coloso del Parque y el rojinegro se reencontrará con su gente con obligaciones multiplicadas por la decepción de anoche.