Federer apenas permaneció seis meses inactivo por una lesión en la rodilla. Reapareció, conquistó más títulos de Grand Slam y recuperó la cima del ranking. Nadal sufrió los problemas físicos bastante más que el suizo pero siempre volvió a la cúspide. Djokovic afrontó una operación por una dolencia en el codo y regresó para ganar Wimbledon una vez más. Murray logró retornar luego de una difícil intervención en la cadera y apunta a recobrar su mejor versión.

Ninguno de los cuatro fantásticos, sin embargo, sufrió el cúmulo de situaciones traumáticas que debió sortear Juan Martín del Potro ni pensó seriamente en retirarse por completo. Innumerables infortunios más tarde, el tandilense se reinventó por enésima vez y hoy estrenó su posición en el podio del ranking ATP. ¿Cuántos tenistas top regresaron después de descender dos veces más allá del puesto 450 y soportar nada menos que cuatro cirugías de muñeca?

A pesar de los vaivenes físicos, Del Potro se las ingenió para edificar una carrera propia de uno de los mejores deportistas argentinos de todos los tiempos. Con sus pergaminos, bien podría sentarse en la misma mesa que Maradona, Vilas, Di Stéfano, Aymar, De Vicenzo, Fangio o Ginóbili. Explotó su potencial antes de cumplir los 20 años, ganó un título de Grand Slam en tiempos de dominio absoluto del Big Four, se colgó dos medallas olímpicas y lideró el equipo que trajo la bendita ensaladera de plata a la Argentina. Como si fuera poco, gestó varios de esos logros sin entrenador.

En el medio, se fue, volvió y refundó su tenis tantas veces que incluso desconcierta que tenga, por caso, el récord de victorias ante jugadores número uno del mundo entre los que nunca ocuparon esa posición. También asombra que haya protagonizado tantas proezas en una disciplina de velocidad astronómica con casi dos metros de altura. Isner, Raonic o Kevin Anderson, de estatura física similar, no encuentran siquiera destellos de su juego integral y en constante crecimiento.

Sus muñecas lo forzaron a alejarse de las canchas, y con temporadas enteras ventaja. Pero la Torre de Tandil, un ejemplo de entereza mental, se convirtió en la cigarra una y otra vez para resucitar frente a las adversidades. Incluso en los momentos más duros encontró la manera de resurgir y todavía sorprende por su vigencia. El fantasma del retiro asustó a todos en más de una ocasión. Pero Del Potro, el hombre que conmocionó al mundo del deporte con su historia de superación, siempre vuelve a mostrarnos por qué es mejor de lo que creíamos.