Con una suba de 1,2 por ciento en diciembre frente al mes anterior, los precios en la Ciudad de Buenos Aires acumularon una escalada del 41 por ciento durante 2016. Impulsada por la devaluación, la reducción de las retenciones, la licuación del programa Precios Cuidados y los aumentos en las tarifas, la dinámica inflacionaria fue la más elevada en la historia del indicador porteño. Los aumentos relevados por las autoridades estadísticas porteñas están en línea con el denominado IPC Congreso que marcó un alza anual de 40,3 por ciento y el índice elaborado por la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (UMET) que ascendió en promedio 40,9 por ciento. Las variaciones informadas representan la marca más elevada desde 1991.

Con eufemismos la Dirección de Estadísticas y Censos porteña reconoce que la dinámica inflacionaria tuvo entre sus motores más relevantes a la devaluación: “La trayectoria interanual del IPCBA durante el 2016 estuvo afectada por fuertes modificaciones de precios relativos, resultado de la eliminación de las restricciones en el mercado de cambios y los ajustes en las tarifas de servicios públicos”, sostiene el informe publicado ayer. Esa visión contrasta con el diagnóstico de la “pesada herencia” que reiteraron los distintos funcionarios del gobierno de Mauricio Macri a lo largo del año pasado. 

A partir de los aumentos en las tarifas de los distintos servicios y las subas en los alquileres, el rubro Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles acumuló el año pasado un alza del 71,2 por ciento. Se convirtió así en el ítem más importante para explicar la inflación de 2016 al contribuir con 8,8 puntos de los 41 que marcó el IPC-BA. El segundo rubro más destacado fueron los alimentos: con un aumento acumulado del 33,9 por ciento aportó 5,9 puntos a la inflación porteña del año pasado. Al interior de esa división las subas más fuertes se observaron en Aceites y grasas (78,7), Leche, productos lácteos y huevos (43,2), y Pescados y Mariscos (43). El último escalón del podio inflacionario en la Ciudad fue para el Transporte que marcó un aumento del 42,1 por ciento y sumó 5,2 puntos al índice. En total esos tres rubros explicaron la mitad de los aumentos de precios en 2016.

El IPC de la Ciudad comenzó a difundirse en julio de 2012. El aumento del año pasado es el más elevado de toda la serie. En 2013, el primer año con cobertura completa, los aumentos de precios porteños llegaron al 26,6 por ciento. Durante 2014, devaluación mediante, la medición distrital marcó 38 por ciento y en 2015 el indicador se desaceleró hasta 26,9 por ciento. Los datos publicados ayer por las autoridades estadísticas porteñas están en línea con la medición elaborada en el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA) de la Universidad Metropolitana del Trabajo (UMET). Con un salto promedio del 40,9 por ciento, 2016 fue el más inflacionario de los últimos 25 años. De acuerdo a la medición de CITRA-UMET, el shock inflacionario golpeó con mayo intensidad sobre los asalariados con menores ingresos. Entre ese segmento de los trabajadores, la inflación media llegó a 45,6 por ciento en el año, mientras que los individuos que perciben salarios más elevados el movimiento fue de 38,1 por ciento. 

Por su parte, un grupo de legisladores que encabeza el Frente Renovador difundió ayer el llamado IPC-Congreso que arrojó una alza de 40,3 por ciento. Desde su perspectiva, la marca fue la más levada de los últimos 14 años. 

Desde el Gobierno aseguran que las subas de precios ya se desaceleraron. Sin embargo el inminente aumento de los combustibles se combinará con los recientes incrementos en el servicio de medicina prepaga, peajes, ABL, telefonía, televisión por cable, luz y agua. La meta de inflación del Banco Central para 2017 se ubica alrededor del 15 por ciento y el Presupuesto aprobado por el Congreso está elaborado en base a aumentos del 17 por ciento. Menos optimistas, las consultoras privadas prevén aumentos que oscilan de 20 a 25 por ciento. A diferencia de la mayor parte del Gabinete, el flamante titular del Palacio de Hacienda, Nicolas Dujovne, reconoció durante una entrevista con PáginaI12 que la apertura importadora facilitará el disciplinamiento de los precios internos este año: “Si nos preocupa la inflación y queremos más competencia, es lógico que la competencia importada también nos ayude en la batalla antiinflacionaria”.