El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció ayer finalmente que Rusia estuvo detrás del hackeo contra el Partido Demócrata durante la campaña electoral y negó las “noticias falsas” filtradas a la prensa que aseguran que Moscú puede tener información comprometedora sobre él.

“En lo que respecta al hackeo: Creo que fue Rusia”, reconoció Trump al ser preguntado en una rueda de prensa en Nueva York, la primera que ofrecía en seis meses.  Trump, que consideró que también hubo ciberataques por parte de otros países, prometió que presentará un plan de acción contra los ciberataques cuando asuma la presidencia.

Hasta ahora, Trump se había resistido a aceptar las conclusiones a las que habían llegado las agencias de inteligencia de Estados Unidos sobre la injerencia rusa en los comicios. Además Trump había cuestionado en las últimas semanas la capacidad de las agencias de inteligencia, recordando que ya se habían equivocado en el pasado, como cuando dijeron que el presidente de Irak, Saddam Hussein, tenía armas de destrucción masiva.

Por otro lado, el presidente electo se presentó como una víctima de las “noticias falsas”, después de que medios estadounidenses y británicos informaran de que los servicios de inteligencia rusos disponen de material con el que al parecer se puede chantajear al futuro presidente de Estados Unidos. Rusia también negó ayer tener material comprometedor sobre Trump, desmintiendo informaciones aparecidas en la prensa.

Durante la campaña electoral, su rival, la candidata demócrata Hillary Clinton también fue víctima de las noticias falsas, pero Trump no lo denunció, sino que lo aprovechó en su campaña electoral. En julio, en su última rueda de prensa como candidato presidencial, el republicano alentó a los rusos a hackear el correo electrónico de Clinton.

Durante la campaña electoral, Trump llegó a tener una lista negra de medios vetados para la cobertura de sus mítines porque no le gustaban lo que publicaban de él.

De momento, tampoco parece que Trump vaya a mejorar en el corto plazo sus relaciones con los servicios de inteligencia de su país.

Trump dijo en la rueda de prensa que si es cierto que las agencias de inteligencia filtraron esa información falsa a la prensa, esto supondría “una mancha tremenda” en su expediente, porque “una cosa como ésta nunca debería haberse escrito, nunca se debería haber tenido y nunca se debería haber difundido”.

El presidente electo reiteró que Rusia tendrá mucho más respeto por Estados Unidos cuando él esté en el cargo. También otros países lo tendrán, añadió el futuro mandatario.

El FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional aseguraron en un informe publicado la semana pasada que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó intervenir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos mediante el hackeo de los correos electrónicos del Partido Demócrata porque prefería que Trump ganara las elecciones. En un principio, Trump pareció fiarse más de lo que decían los rusos, que negaban cualquier injerencia, y de lo que afirmaba Julian Assange, fundador de Wikileaks, que de los informes de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos. Assange negó que fueran los rusos los que dieron los correos electrónicos robados a los demócratas. Wikileaks los publicó.

El presidente electo afirmó ayer que el hackeo ruso no tuvo ningún impacto en el resultado de las elecciones, ya que no hubo manipulación de urnas ni de máquinas de voto.

La reacción del gobierno saliente no tardó en llegar. Las críticas que Trump formuló a las agencias estadounidenses de inteligencia están “profundamente equivocadas’’, alertó ayer la Casa Blanca. En respuesta a los cuestionamientos de Trump a la calidad del trabajo y la lealtad de esos grupos, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, elogió a los responsables de las agencias de Inteligencia estadounidenses y los presentó como patriotas. Trump, que ganó las elecciones el 8 de noviembre, asumirá la presidencia el próximo 20 de enero, fecha en la que Barack Obama abandonará la Casa Blanca.