Como si fuera la más cínica y triste de las metáforas, en la madrugada del martes se prendió fuego parte del frente, la marquesina y el techo del Presidente Alvear, el teatro público abandonado por la gestión macrista porteña que ya lleva cuatro años (exactamente 1557 días) cerrado y que se encuentra en un estado de vaciamiento total. Según el parte policial, el fuego fue “producto del incendio de colchones de personas que duermen en el lugar”, allí en la entrada del teatro ubicado en la Avenida Corrientes entre Montevideo y Rodríguez Peña. Frente a estos hechos, la reacción de la comunidad cultural fue inmediata, lo mismo que la de la oposición en la Legislatura Porteña, con repudios y medidas concretas para que el oficialismo dé alguna explicación. Consultadas por PáginaI12, las autoridades responsables lamentaron lo ocurrido y aseguraron que “nada tuvo que ver con el estado de la obra”. Pero, como desde hace tiempo, no dieron precisiones sobre cuándo empieza la obra o cuál será el destino del espacio. 

El Alvear cerró el 24 de mayo de 2014 como producto de una crisis generalizada del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), que agrupa a ese y otros cuatro teatros públicos de la Ciudad, y que inició su proceso de vaciamiento selectivo bajo la gestión de Hernán Lombardi como Ministro de Cultura porteño. Desde el inicio del proyecto, su reparación y “puesta en valor” está a cargo del ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, en principio a través de la empresa Vidogar Construcciones, a la que se le adjudicó una primera licitación de 26,5 millones de pesos. En 2015, sin que hubiera empezado la obra, el macrismo reconoció una redeterminación de precios y sumó 4 millones adicionales. Sin embargo, desde entonces no hay información en la cuenta de inversión sobre esa obra ni tampoco figuran detalles en la página de licitaciones, aunque en la web de la constructora hay fotos del proyecto como si estuviera terminado. Lo más curioso es que el año pasado y este, el Ministerio de Cultura recibió respectivamente partidas de 50 y 35 millones para “obras de refacción” en el Alvear, de las cuales nunca se ejecutó un solo peso. 

“El principio de incendio tuvo que ver con causas externas al edificio. Comenzó en la puerta y enseguida llegaron dos dotaciones de bomberos que pudieron controlar la situación”, contó a PáginaI12 Enrique Avogadro, actual Ministro de Cultura porteño, que sostuvo que el gobierno ha hecho “una gran inversión en infraestructura pública y puesta en valor”. “Para todos los que trabajamos por la cultura en la Ciudad el teatro Alvear es muy importante. Tenemos en carpeta un proyecto para su revalorización, para seguir consolidando el teatro público en la Ciudad”, prometió, aunque aclaró que por ahora su gestión está enfocada en terminar las obras del Centro Cultural Recoleta. El funcionario –tercer ministro de esta gestión, luego de la renuncia de sus predecesores– no dio fechas ni estimaciones. Tampoco respondió nada al cierre de esta edición Jorge Telerman, director del CTBA.

Desde que se conocieron las primeras imágenes del frente dañado, la comunidad cultural se organizó para repudiar “el fuego de la desidia”. “¿Puede pensarse este incendio como una metáfora de la situación que estamos viviendo, no solo a nivel cultural, sino a nivel país?”, se preguntaron en un comunicado los y las artistas del proyecto sociocultural y cooperativo Archibrazo, que manifestaron que ahora está “la oportunidad de dar vuelta esta página con una victoria”, en relación a la actitud que tomará el oficialismo después de este hecho. Por su parte, la Asamblea de Trabajadorxs de la Cultura sentenció en otro documento que “lo que se está incendiando con el Alvear es un modelo político, representando el fin de un ciclo que ya no puede apagar el incendio del proyecto global de gestión”. 

Desde la Legislatura Porteña también hubo una rápida reacción. La legisladora Andrea Conde confirmó a este diario la presentación de una preocupación sobre tablas para tratar en la sesión de este jueves, además de un pedido de informes para que se trate en la comisión de Cultura que ella integra. “Durante estos años indagamos sobre la ejecución de las obras, sobre el presupuesto destinado, sobre los plazos, sobre las irregularidades, pero desde el Ejecutivo evaden responder. Así de peligroso es el nivel de oscurantismo con que se maneja la Cultura en la Ciudad”, expresó la legisladora en diálogo con este diario. En línea se pronunció su compañero del bloque de Unidad Ciudadana, el legislador Mariano Recalde, quien también pidió informes y sentenció que “el Teatro Alvear se incendió porque el gobierno de (Horacio) Rodríguez Larreta lo tiene abandonado hace más de cuatro años” y que “en lugar de preservarlos y hacerlos crecer, el oficialismo deja que esos bienes se deterioren para luego justificar su venta.”

Entre el fuego y el humo oficial, un dato que justamente tiene que ver con la venta cobra relevancia en la lectura de los hechos: hace poco, el Jefe de Gobierno envió a la Legislatura un proyecto para vender, entre otros 51 inmuebles de la Ciudad, los pisos de arriba del teatro donde están ubicadas sus oficinas administrativas. Si bien el proyecto todavía no tiene dictamen (por ahora sólo está siendo evaluado por la Comisión de Presupuesto), la sola intención prefigura el desinterés del gobierno porteño en recuperar el teatro en su máximo esplendor.