Consideraba Carl Sagan que demostrar la banalidad de la superstición era un servicio a la civilización. La artista lituana Egle Zvirblyte, empero, prefiere zambullirse de lleno en leyendas urbanas, truquitos mágicos de distintos países para llamar a la buena suerte; o más no fuera, no tentar a la mala, que ya es una barbaridad. En diez bonitillas y coloridas ilustraciones, presentadas a modo de cartas de tarot (¿cómo no?), la muchacha explora lúdicamente cábalas populares de países como Japón, India, Noruega, China, Portugal... “Si estás en Rusia, sentate sobre tus maletas antes de salir de casa y tomate un rato para pensar; en Noruega, será mejor que maldigas a tu ser querido antes de que parta para el aeropuerto; y en Portugal ni se te ocurra caminar hacia atrás porque ¡el diablo lo sabrá!”, recomienda con vehemencia la crédula damisela, que actualmente reside en Londres, y que fue fichada por la web Compare The Market (que permite comparar precios de vuelos para comprar al mejor costo) para dar exclusivo y animado cuerpo a mitos que rodean el acto de viajar.    

Cada pieza, entonces, ilustra una superstición propia del folclor de cada sitio. Por caso: “¿Te atrevés a viajar un viernes 13? Si sos italiano, ¡seguro! Para ellos, es el viernes 17 al que hay que tenerle cuidado… Su número romano es un anagrama de VIXI, que se traduce como ‘He vivido’, que indica la muerte”. “¿Tenés tus botas de agua listas? Puede que las necesites si estás a punto de emprender una aventura en Serbia. Los serbios creen que si alguien derrama agua en tu camino antes de partir, te garantizará un final feliz para tus viajes”. Y luego: “Los japoneses creen que dormir con la almohada orientada al norte acortará tu vida ¡Es mejor sacar esa brújula a la hora de acostarse en el país oriental!”. “Si estás en Rumania, asegurate de salir por la misma puerta por la que ingresaste. Muchos rumanos creen que dejar una casa por una entrada diferente trae mala suerte”. Y así… Emperifollados los consejitos sobrenaturales por dibujos temáticos, cómicos e irreverentes, vibrantes viñetas sueltas de una artista que estudió Cine y Diseño Espacial, que continúa trabajando en escenografía y que vende piezas a marcas, revistas y productos, a la par que desarrolla obras en pintura, instalaciones y street art. 

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