Por R. P.

“Creo que una mujer en una situación de excesos siempre genera más escándalo que un hombre, desde ya. De todos modos, hay excesos que no se perdonan a los hombres tampoco, la moral siempre tiene sus límites (pienso en el escándalo de Clinton con la pasante, por ejemplo)”, reflexiona Marina Esborraz, profesora de Psicopatología de la UBA.

–¿Hay diferencias en que se haya difundido sin su consentimiento?

–Aunque sea un hecho íntimo, es imposible separar totalmente la persona pública de la persona privada. Los hechos íntimos, cuando se ejerce un cargo público, son incumbencia de la sociedad. De todos modos, es cierto que la gravedad de este hecho no parece determinante para la renuncia al cargo. Pero el hecho de que sea ministra de Educación y se muestre consumiendo una sustancia que es considerada perjudicial, debe haber influido. Es un área “de cuidado” y donde se supone que quien está a cargo debería “dar el ejemplo”. 

–¿Por qué se suben a las redes, aunque no se quieran hacer públicas, imágenes íntimas?

–Solemos tener una conducta renegatoria del peligro, que puede resultar en el hecho de compartir actos privados en las redes, con el riesgo de que se hagan públicos. Publicar lo íntimo en las redes es el mismo mecanismo que se pone en juego al pensar que es a otro a quien le pueden ocurrir las desgracias.

–¿Eneso influye la forma en que se difundió?

–A mi modo de ver sí, porque la muestra como una persona “poco cuidadosa” y un tanto irresponsable. ¡No digo que lo sea! Pero eso puede ser usado en su contra.

–No lo había pensado desde ese ángulo, que es bien interesante. Además de fumona, la muestran como poco cuidadosa o que no sabe protegerse.

–Exactamente. El planteo sería “¿cómo alguien tan poco cuidadoso con sus actos puede promover acciones de cuidado respecto de otros?”. Por eso conviene tener cuidado con lo que se muestra. Es la desventaja de tener un cargo público.