Patricia Ramírez, la maestra de Ismael Ramírez, el chico asesinado en el Chaco luego de un saqueo a un supermercado, denunció que además de "su muerte, hay que aguantar que se digan un montón de mentiras" y que "se están publicando fotos de él que no son de él. Fotos de niños con armas", y pidió "respeto por su familia". Lo hizo en una carta publicada en Facebook en la cual remarcó que "en los comentarios en las redes también quedan en evidencia los prejuicios respecto a nuestros pueblos originarios". Lo mismo señaló María Romero, la tía del chico. "Pedimos que se aclare el caso, que los culpables sean condenados. Que se limpie el nombre de Ismael y de la comunidad Qom. Pedimos justicia. Basta de acusarnos. Basta de represión al pueblo indígena", planteó.

La docente recordó al chico de 13 años en su cuenta de Facebook. "Descansa en paz Ismael... ya estás con Dios", escribió en una publicación que acompañó con una foto en la cual se lo ve al chico durante el festejo del Día del Niño.

"Mi nombre es Patricia Ramírez. Yo soy la maestra de Ismael. Hoy tendría que haber dado clases y que él estuviera ahí, como todos los días. Pero no. Ahora estoy yendo a su velatorio.

Esto no tendría que estar pasando, porque Ismael era un niño, un niño muy querido, un niño muy bueno, un niño con sueños.

Y encima de este dolor por su muerte, hay que aguantar que se digan un montón de mentiras. Se están diciendo muchas cosas feas. Se están publicando fotos de él que no son de él. Fotos de niños con armas. Seria bueno que se chequeé la información. Y aquellos que no saben lo que pasó, que no lo conocieron, que no estuvieron cerca de él, que se llamen a silencio. Porque quienes convivimos con Ismael y lo conocimos bien sabemos cómo era.

En los comentarios en las redes también quedan en evidencia los prejuicios respecto a nuestros pueblos originarios. Algunos hasta justifican lo que le pasó justamente por ser miembro de una comunidad. Eso no se puede permitir.

Esta foto que yo compartí es la foto del festejo del Día del Niño. Ahí pueden ver que él era un niño, como cualquier otro. Y como niño tiene derechos. Derechos que no se respetaron. El derecho a la vida. Y también otro derecho que no se está respetando: el derecho a la dignidad. Por eso por favor pedimos respeto para su familia en este momento tan difícil".

La denuncia de la maestra coincide con la de la tía de Ismael. La carta de María Romero es la siguiente:

“No tengo palabras que expresen tanto dolor. Pero quiero hablar. Quiero pedir justicia por mi sobrinito Ismael. Y también quiero dejar un mensaje a toda la sociedad: basta, basta ya de discriminarnos, de acusarnos. Basta ya de matarnos.

Acá desde que un niño indígena nace es discriminado. Mujeres, hombres y niños, todos somos discriminados: en los hospitales, en las escuelas, en las calles. La policía nos persigue, todos nos maltratan, de alguna manera. Porque no respetar la cultura de tus hermanos es maltratar.

Somos una comunidad, lo poco o mucho que tenemos lo compartimos. ¿Por qué vamos a romper un supermercado? No, no hacemos esas cosas porque tenemos dos manos para trabajar y darle de comer a nuestros hijos. Hacemos artesanías, tejidos manuales. Ese es nuestro proyecto y es lo que le inculcamos a nuestros hijos.

Nosotras no saqueamos, no hacemos esas cosas. Jamás nosotras vamos a decirle a nuestros hijos que vayan y se lleven lo que no es suyo. Les enseñamos nuestra cultura, que hay que estudiar y trabajar, que hay que amar y respetar a la tierra y a las personas.

Ismael no era nada malo, nada de todo lo que escuché y leí en redes sociales. Ismael fue un excelente alumno y una linda persona. Le gustaba leer y hacer artesanías. Ismael siempre decía: ‘Yo voy a estudiar para ayudar a mi comunidad’. Y mirá lo que pasó. Todo terminó en la nada porque le robaron la vida. Lo perdimos. Con un arma de fuego, le cortaron la vida a mi sobrino. Pedimos que se aclare el caso, que los culpables sean condenados. Que se limpie el nombre de Ismael y de la comunidad Qom. Pedimos justicia. Basta de acusarnos. Basta de represión al pueblo indígena.

Tenemos hermanos en los gobiernos, hay leyes que nos respaldan, hay dirigentes y organismo indígenas. Pero hoy estamos desprotegidos. Y nos atacan, más por racismo que por otra cosa.

Hoy -a través de este dolor que me rompe el alma- pido que paren la matanza de nuestro pueblo. Porque esto es una masacre, que empezó hace 500 años, pero sigue. Nos siguen exterminando”.