Un terremoto de magnitud 6,7 en la isla nipona de Hokkaido dejó al menos siete muertos y más de 120 heridos. De acuerdo con medios locales, más de 30 personas siguen desaparecidas. Unas 20.000 personas participan en las operaciones de búsqueda y rescate. Además de afectar el servicio ferroviario y aéreo, el temblor provocó cortes en el suministro de energía eléctrica a unos tres millones de hogares y a la central nuclear de Tomari. El terremoto llega mientras Japón sigue lidiando con los efectos del tifón Jebi, la tormenta más fuerte en llegar al país en 25 años. Los fuertes vientos arrastraron contra un puente a un barco petrolero, hicieron que uno de los aeropuertos más grandes de Japón cerrara y dejó al menos 10 personas muertas. Antes de que tocara tierra, Jebi tenía vientos sostenidos de 140 km/h y rachas de 165 km/h. Hubo extensos cortes del servicio eléctrico que recién ahora están siendo reparados, pero se ven muy dificultados por el terremoto, cuyas réplicas todavía son fuertes y presentan peligros para habitantes y rescatistas.