“Estamos más jóvenes que nunca”, asegura Daniel Suárez, cantante de Bersuit Vergarabat, sobre el estado de salud de la banda a treinta años de su creación. Luego de consumar el viernes pasado el primero de los dos recitales con los que celebra semejante aniversario, el grupo que supo hacer de los pijamas su rasgo identitario regresa este sábado a Vorterix (Av. Federico Lacroze 3455), a las 21, con una propuesta diferente. “Son dos shows temáticos porque separamos los discos pares de los impares, así que en esta ocasión el repertorio será distinto. Nuestro nuevo single, ‘Morocha’, es el único tema que repetiremos en los dos recitales. Esto mismo fue lo que hicimos para los 25 años”, explica el artista que, tras la salida de Gustavo Cordera, comparte el rol de frontman con el otro vocalista del grupo, Germán “Cóndor” Sbarbati. “También habrá invitados, muchas voces de gente que estuvo con nosotros en las últimas dos décadas, pero los nombres los dejamos para la sorpresa”.

–¿Cuándo comenzó el festejo? 

–La gira mundial arrancó el 12 de abril en La Usina del Arte, pero el festejo comenzó el año pasado, desde el momento mismo en que lo craneamos. Cuando empezamos con esto, no imaginamos que iba a pasar lo que sucedió. Teníamos el sueño de hacer 30 shows en igual número de ciudades y ahora son más, por suerte. Estuvimos en Costa Rica, México, España, Colombia y Rusia. Y fue la primera vez que hicimos una gira tan extensa en Chile. Estamos agradecidos porque la celebración superó nuestras expectativas.

–¿Cómo fue la experiencia de tocar en Moscú, además en medio del Mundial de Fútbol?

–Fue una locura porque veníamos de una gira cansadora por España. Ahí tomamos el avión y nos fuimos a Moscú. Parecíamos niños en un viaje de egresados. No entendíamos nada, era todo muy diferente. Paramos en un hostel con una mugre que no veíamos hace años. Tocamos en el Gorki Park y compartimos escenario con una señora rusa que cantaba tango. Al otro día comenzaba el Mundial para la Argentina y fuimos a la cancha con los pijamas puestos. Fue una experiencia muy intensa.

–Poco antes de salir de gira a Europa, lanzaron “Morocha”. ¿Es  un adelanto de su próximo disco?

–No sé. Dentro de ese sueño y festejo, tenemos muchas ganas de hacer la segunda parte de De la cabeza. Pero no hay que dejar afuera las canciones nuevas. Además de “Morocha”, que es el segundo tema de la Bersuit que aparece antes de estar en un CD, salió recién un single llamado “Lo que más busco”, incluido en la banda de sonido de la película Mi mejor amigo.  

–A propósito de estos 30 años, ¿cuánto sigue impactando en la imagen de la banda que tanto usted como el Cóndor Sbarbati hayan ocupado el rol de frontman?

–Muchas cosas fueron cambiando. Si bien no puedo hacer un análisis de cómo sucedió, me parece que fue natural. Cuando se fue Gustavo del grupo, no sólo hubo pérdidas que tienen que ver con la banda sino en los todos los niveles. Hicimos nuestros duelos personales y cada uno siguió de la manera que pudo. En cuanto a la forma en que la gente ve a un frontman, y más si es súper carismático como el Pelado, lo fuimos encontrando sobre la marcha y entre todos. Hubo más participación de Albertito, y Juan canta, al igual que Pepe y Carlitos. Se produjo otra horizontalidad. Pero fue fuera del país donde aprendimos que el público evolucionó mucho más que nosotros en lo que a estrellatos y egos se refiere. Tras volver en 2011, nos llamaron para una gira española. Le avisamos al promotor que Gustavo no estaba más y él nos respondió: “Contratamos bandas, no cantantes”. Y eso se convirtió en un puntapié.

–Pese a que Cordera se fue del grupo en 2009, la exposición mediática que tuvo, a partir de la polémica que generaron sus dichos, también los afectó a ustedes. ¿Cómo lidiaron con eso? 

–Y... remándola. En su momento, salimos a decir que repudiamos sus dichos. Lo hicimos lo antes posible. En lo personal, durante todo este tiempo no volví a verlo ni a hablar con él. Sé que a la prensa le dice esto y lo otro, pero yo tengo el mismo número de teléfono y sigo viviendo en el mismo lugar. Espero que pueda sanar tantas heridas. 

–¿No le parece una paradoja que hoy la Bersuit comparta sello discográfico con su excantante y que la celebración de los 30 años coincida con la salida del nuevo disco solista de Cordera?

–Yo qué sé... Son muchas las coincidencias. No quiero creer que existe otro tipo de especulaciones que nos exceden. Prefiero pensar que está todo bien. Hace poco escuché la canción que lanzó y vi la tapa del disco. Sé que lo había grabado antes. 

–¿Siguen en contacto con Oski Righi, su otrora guitarrista, luego de que dejara la banda en 2016? 

–Con Oski nos mantenemos en contacto. No tan fluido como antes. Estaba cansado, ya no le sentaban muy bien las giras. Aparte de ser un guitarrista increíble, es un gran productor. De hecho, estuvo haciendo algo con el Pelado en alguna de las canciones de su nuevo disco. Tiene mucha oreja y cabeza, y la tiene muy clara con el sonido.

–¿Siguen haciendo terapia grupal?   

–Estamos en terapia desde hace ocho años. Antes íbamos cada quince días, pero lo tenemos medio olvidado este año por las giras. 

–La celebración de sus tres décadas coincide con otro aniversario de la Bersuit: los veinte años de Libertinaje. ¿Está de acuerdo con que es un disco muy vigente en esta época de la Argentina? 

–Es  muy vigente. De hecho, cuando en los shows tocamos “Se viene” o el resto de las canciones de Libertinaje, te das cuenta de lo que le pasa a la gente. Es increíble cuando uno en un hecho artístico plasma algo que está aconteciendo y sabés que de una forma cíclica va a seguir pasando. Nos seguimos equivocando. Aunque de ese disco aprendimos mucho. 

–Ya no existe ese tipo de letras...

–No son letras políticas, sino más bien directas. No creo que eso haya cambiado sino que se manifiesta de otra manera. Muchas cosas mutaron, inclusive la manera en que la gente escucha música, por lo que la palabra tuvo una vueltita de rosca para que pueda entrar.