Se llevó a cabo en la Legislatura porteña un encuentro necesario pero sobre todo urgente: convocado por la legisladora Victoria Montenegro (Unidad Ciudadana), más de treinta trabajadores y trabajadoras del teatro independiente de la Ciudad de Buenos Aires se dieron cita para empezar a pensar un proyecto de ley de protección y fomento que venga a revitalizar una actividad en franca recesión: el primer semestre de este año hubo una caída de la recaudación del 30 por ciento, lo que junto con la suba de tarifas, la caída en la cantidad de espectadores, el desfinanciamiento de los organismos que deben otorgar subsidios a la actividad teatral y la pérdida de puestos de trabajo lo convierten en el peor semestre de los últimos cuatro años. 

Del encuentro participaron, entre otros, referentes de Artei y Escena (que nuclean a la mayoría de las salas independientes de la Ciudad), de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet) y Argentores, de Teatro x la Identidad y de compañías de teatro comunitario, además de responsables de más de veinte espacios y salas teatrales porteñas. También participó la legisladora Andrea Conde (UC), integrante de la Comisión de Cultura de la Legislatura.  

“Esta es una primera mesa que va a continuar. No nos vamos a resignar a vivir esta realidad.  Nos preocupa la urgencia que está atravesando el teatro independiente y reafirmamos este compromiso de los que trabajan todos los días por la cultura y su identidad”, afirmó Montenegro, quien detalló que en lo que va del año ya cerraron cinco salas independientes, sin contar una (La Ranchería) que debió suspender funciones desde octubre y hasta fin de año por no poder afrontar los costos de producir. Oradores y oradoras pidieron que se declare la “emergencia cultural” (que implicaría partidas extra presupuestarias para ese sector), que se sancione una ley de habilitaciones más acorde a la realidad de los espacios y que se agilice la entrega de subsidios de los organismos estatales.

Sobre este último punto, las legisladoras socializaron datos preocupantes: en 2016, Porteatro recibió aproximadamente 31 millones de pesos y una partida extra de 5 millones que respondía a las demandas del sector antes los tarifazos de luz. En 2017 se aprobaron 31 millones y medio, con otra partida que llevó el presupuesto a 43 millones, de los cuales sólo se ejecutaron 38. Este año se equiparó con 2017, de modo que hoy el presupuesto total de Proteatro es el mismo que el año pasado, situación que no contempla el aumento de los servicios en los espacios, que ronda en un 300 por ciento.