El mundo empresario se vio ayer conmocionado por la citación al CEO de los CEO del país, Paolo Rocca, dueño de la empresa Techint y el hombre más rico de la Argentina. También fue citado a prestar declaración indagatoria Marcelo Mindlin, uno de los empresarios más cercanos a Mauricio Macri. En ambos casos, la convocatoria es por estar sospechados de haber pagado coimas durante los gobiernos de los Kirchner. La situación más complicada es la de Rocca, porque su número dos, Luis Betnaza, admitió los pagos y su ejecutivo Héctor Zabaleta confirmó que entregó dinero. En ambos casos declararon en una situación extorsiva bajo pena de ir a la cárcel. El propio Rocca dijo que pagaron, pero alega que fueron extorsionados, un argumento que el juez desechó en otros casos señalando que los empresarios pagaron para tener más beneficios y ganar más plata. Techint no sólo aparece en las fotocopias de los cuadernos de Oscar Centeno en nueve oportunidades, sino que el también arrepentido Claudio Uberti sostuvo que fue a buscar plata en 2006, antes de lo admitido por Rocca. Respecto de Mindlin, sólo aparece mencionado por Centeno. No está claro si negará cualquier pago y sugerirá que hay un error porque en el mismo edificio funcionaba Aerolíneas Argentinas. O si admitirá la entrega de bolsos que Centeno dice haber visto el 14 de mayo de 2009. Si se toma como parámetro lo que dijeron los arrepentidos, en el listado de citaciones a indagatoria faltan tanto Franco como Mauricio Macri mencionados dos veces como pagadores de coimas, tanto en el club de la obra pública como en el club de los peajes.

Las citaciones de ayer produjeron estupor en el gobierno argentino, tanto en la Casa Rosada como en la delegación que está en Nueva York, encabezada por el Presidente. Es que Rocca, junto con Héctor Magnetto, de Clarín, fueron el gran ariete del mundo empresario contra el gobierno de los Kirchner. Y en el caso de Mindlin terminó incluso comprando la empresa constructora que fuera del grupo Macri, Iecsa, que en 2007 pasó por las manos del procesado Angelo Calcaterra, primo hermano del Presidente y que Mindlin le compró a Calcaterra. 

Quien está más complicado es Rocca, porque su dos hombres de confianza ya confirmaron los pagos y el propio Rocca se presentó como una especie de héroe en un discurso que pronunció a fines de agosto en la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Dijo entonces que “Techint no fue parte del club de la corrupción; tuvimos menos del uno por ciento de la obra pública, pero nos vimos obligados a pagar porque estaban en peligro nuestros empleados en Venezuela”. Rocca se refería así a la negociación por la siderúrgica Sidor, empresa de Techint, que fue expropiada por el gobierno de Hugo Chávez.

Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete, contó la reunión que presenció en Mar del Plata donde Néstor Kirchner actuó como mediador y juntó a Chávez con Rocca, dejándolos en vínculo directo. La indemnización que cobró Techint fue de las mayores que pagó Venezuela en toda su historia: 1900 millones de dólares. 

“De ninguna manera hubo coima. Es una mentira. Yo estaba ahí”, señaló Fernández. 

Pero Rocca no fue desmentido únicamente por Fernández sino también por Claudio Uberti, un arrepentido poco confiable, que declaró bajo amenaza de ir a la cárcel. Uberti mencionó las palabras claves: coimas, Néstor, Cristina. En su declaración dijo que él mismo fue a retirar pagos de unos 100.000 dólares en seis oportunidades al edificio de Techint, en la calle Della Paolera. Y eso fue antes del caso Sidor, en 2006. Alegó que el dinero después se lo entregaba directamente a Néstor Kirchner, algo incomprobable. 

En las fotocopias de los cuadernos, los pagos de Techint –nueve veces en 2008– fueron retirados por Baratta. Son los que Rocca vincula con la negociación por Sidor. No faltan quienes dicen que hay empresarios que están arrepentidos de haberse arrepentido porque terminaron procesados por asociación ilícita con los funcionarios del anterior gobierno. Habrá que ver qué sucede con el gran pope del empresariado argentino, Rocca, que irá a Comodoro Py el 16 de octubre. 

Respecto de Mindlin, que declara al día siguiente, la prueba principal es un texto del chofer. Centeno escribe que el 14 de mayo de 2009, con Baratta y Ezequiel García, Director de Energías Renovables, en el auto fueron hasta el edificio de Bouchard 547. El chofer dice que Baratta subió al piso 26 y que bajó con dos bolsos. El dato curioso es que en otro momento del recorrido, García y Baratta supuestamente se bajaron del auto y dejaron los dos bolsos en el vehículo. En esa circunstancia Centeno afirma que evaluó que había 1.300.000 dólares en cada bolso. El destino final del viaje –siempre según la versión de Centeno– fue el hall del edificio de la calle Uruguay, domicilio de Néstor y Cristina Kirchner, donde estaba esperando Daniel Muñoz, secretario presidencial. A el le habrían entregado los bolsos. 

Habrá que ver qué declara Mindlin, quien siempre dijo que su relación con los Kirchner fue de conflicto, ya que era propietario de Edenor. En algún momento se dijo que los bolsos –si existieron– podían provenir de Aerolíneas Argentinas, empresa que quedaba en el mismo edificio de la calle Bouchard, aunque en otro piso. 

Finalmente, el impacto también es fuerte en el gobierno de Macri. El presidente se mostró con Paolo Rocca hace muy poquito en la inauguración de un proyecto gasífero de Tecpetrol, la petrolera de Techint. La foto de Macri y Rocca fue en Vaca Muerta, el yacimiento desarrollado por el gobierno anterior y que ahora es la super esperanza de la administración macrista. En la Casa Rosada dicen que las citaciones producen inestabilidad en las (escasas) inversiones que llegan a estas tierras.