Los representantes de la empresa Canale no concurrieron a una audiencia fijada por el Ministerio de Trabajo bonaerense para responder sobre la continuidad laboral de 100 empleados de su fábrica de envases de Lavallol, a los que no les pagan los sueldos ni la obra social desde hace casi tres meses. Los trabajadores, en una situación de incertidumbre absoluta, continúan yendo a la planta todos los días para cumplir con su horario laboral, en defensa de sus puestos. Sobreviven con un fondo de huelga, la asistencia de Desarrollo Social y un puesto de venta de choripanes que armaron en la puerta de la fábrica. 

“Hacemos envases de hojalata para las conservas, somos metalúrgicos. El grupo Canale, que se dedica exclusivamente a la producción de alimentos envasados, tiene además otras plantas en las que las latas son llenadas con durazno y tomate –en Mendoza– o legumbres –en Catamarca–, y todas están igualmente paradas”, señaló a PáginaI12 Nicolás Macchi, delegado de la UOM. 

Los afectados de la planta Lavallol son cien, casi todos hombres, muchos mayores de 50 años. Las sedes de Mendoza y Catamarca tienen, juntas, además otros 900 empleados. Según la información gremial la mitad son personal estable y la mitad contratado. “Nosotros ya habíamos atravesado una situación muy difícil en 2016, cuando estuvimos 6 meses sin trabajar y, como ahora, tuvimos que hacer de todo para salir adelante. Hasta mayo veníamos bien, incluso durante los meses de la temporada (cuando hay cosecha) la empresa contrató más personal eventual. El grupo nos comunicó que había empezado a exportar y en las reuniones que tuvimos en la primera mitad de este año el panorama que nos pintaban era alentador: nos decían que además de estar vendiendo a otros países, estaban mejor parados frente a los supermercadistas. Por eso todo esto nos da impotencia. No pensábamos que íbamos a tener que volver a pasar por esta situación”, señaló el delegado. 

Macchi agregó que la única explicación que recibieron cuando dejaron de pagarles los sueldos fue que Canale “no podía cobrar unas ventas” en el exterior. El miércoles se realizó una audiencia el juzgado Nº1 de Capital Federal por el concurso preventivo de acreedores. “Lo que figura en el expediente es que tienen una deuda abultada y que retuvieron 90 millones de pesos de aportes patronales”.  

“Es complicada la situación”, agregó el consultado. “En mi caso particular, ya saqué el quinto crédito y estoy fundido, en la lona. Muchos accedimos a créditos y nos solventamos de esa manera, otros tienen changas pero son todos paliativos para pasar la semana”. Con el objetivo de hacer visible su situación, los trabajadores hicieron caravanas por las calles de Lavallol, donde encontraron una amplio respaldo de los vecinos. Organizaron festivales para recaudar fondos y están por comenzar a ofrecer un bono solidario. Este lunes durante el acto que las CTA y el Frente Sindical para el Modelo Nacional realizaron en Plaza de Mayo, una delegación de la fábrica subió al escenario una pancarta con la consigna “Queremos trabajar y cobrar”. 

Un cierre definitivo es el escenario más temido por los trabajadores. En lo que va del año, según un informe del CEPA sobre despidos, una de cada seis desvinculaciones laborales en la industria fue por cierres. El sector de alimentos y bebidas y el metalúrgico están entre los más afectados por el modelo económico, en el tercer y cuarto lugar del ranking de los perjudicados de la industria. 

La empresa ya había faltado a audiencias previas y se suponía que a esta última debía presentarse bajo apercibimiento de ser llevada por la fuerza pública, pero la citación fue incumplida sin ninguna consecuencia visible.